Me he dejado llevar por la pasión y he terminado rompiendo lazos de amor entre seres que amo; familiares, amigos y vecinos. Yo lo reconozco, no se usted.
Es violencia, eso es violencia y me he criticado, porque con la discusión ciega y feroz entre personas que pensamos distinto, solo puede pasar eso, dividirnos más, separarnos más, generar más odio, descosernos y aislarnos. Por ello cambié hace pocos días mi actitud, cuando me ha vuelto a pasar que converso con alguien de la oposición, y no quiero decirlo así, pues ya estoy contribuyendo a la división, más bien, con un hermano compatriota que cree en el otro bando, le pido que consideremos primero la amistad y el cariño que nos ha unido antes, a pesar de ser diferentes, luego le pido que hablemos hasta donde no pongamos en riesgo ese cariño o amistad, sea cual fuere, que nos ha unido, ¿saben por qué? Porque cada vez que discutí y tiré la puerta, me quede con mi corazón herido y lleno de más dolor.
Hasta allí ha llegado mi ser en esta mar de leva y debo reconocer que he sido violento.
De ese mismo sentimiento, pero del lado contrario, se ha llegado más allá, mucho más allá: han sido asesinados 10 compatriotas, todos del chavismo, porque esa pasión por lo que uno cree, que no es mala, se desbordó y se transformó en algo terrible, un odio desenfrenado que convirtió en asesinos y terroristas a muchos compatriotas.
Yo prometo hacer el esfuerzo más grande que pueda desde mi propio ser para comenzar a generar una fuerza de unión que se desate más inmensa y grande que como se ha desatado la fuerza del odio. Una fuerza que impida que sigamos rompiendo a Venezuela en dos, que sea capaz de hacernos querer en las diferencias, de aceptarnos en las diferencias, de seguir adelante en las diferencias, con amor y con respeto.
Todas y todos hemos visto con horror los días de sangre y fuego que hemos vivido. Eso debe pararse ya! No tenemos 7 millones de asesinos en ninguno de los dos bandos, no tenemos 7 millones de seres incapaces de amar en ninguno de los dos bandos, no tenemos 7 millones de compatriotas que odien a Venezuela en ninguno de los dos bandos. Yo se que eso no es verdad, que de lado y lado todas y todos somos hermosos seres humanos, que pensemos como pensemos queremos patria, sentimos amor, la gran mayoría.
Hago un llamado a toda mi Venezuela, no quiero escribir nada en esta nota que divida, no quiere decir que yo deje de pensar y amar a mi revolución bolivariana, que más bien, por amarla, es que pido a quienes me adversan, que sepamos encontrarnos bajo el respeto y la consideración. Si quiere siga siendo diferente. Hago un llamado para que de ningún lado se permita más violencia. Sean adversarios de altura, abramos el diálogo y sobre todo, trabajemos juntos, a pesar de todo, para la nueva Venezuela.
No sembremos odios, sepamos frenar a las pasiones cuando ya se convierten en odios, sepamos aceptarnos y aceptar a quien gane, no podemos enloquecer y llevar a la patria a la guerra, a la violencia, a la muerte y el dolor.
Yo, que soy revolucionario, de hoy en adelante, juro predicar con el ejemplo y enseñar a todas y todos que podemos pensar como queramos y respetarnos sin herirnos, sin separarnos y sin causarnos dolor.
Venezuela nunca fue una sola, siempre hubo pobres y ricos. Solo que ahora los que por años no tenían voz, la tienen. Sepamos hablar entonces ahora, como grandes, como seres capaces de aceptar al otro y respetar la democracia y la mayoría. Pronto sabremos el resultado del CNE, prometamos aceptar ese resultado, sea cual fuere y regresemos a la convivencia de armonía en donde todas y todos tengamos la libertad de pensar como queramos, no como quieran otros.
Que no nos vuelvan a obligar a salir a odiarnos, le pido a sus líderes, que cambien su discurso de confrontación radical. No se si eso será posible, pero a esos 7 millones que son contrarios a mi, les digo que los quiero y que quiero tomarles la mano y que aprendamos juntos a conversar sobre nuestras diferencias, se que lograremos entendernos.
¡Viva Venezuela!