Mario Silva y la iglesia

El viernes pasado, Mario Silva, refiriéndose al documento que la Conferencia Episcopal acaba de dar a conocer, y que constituye una sarta de injurias y difamaciones contra el gobierno y las instituciones del estado, dijo que la iglesia no ha entendido los tiempos que se están viviendo en Venezuela.

¡Que la iglesia no ha entendido, Mario! A mí me parece todo lo contrario. A mí me parece que sois vos el que no ha entendido nada. ¿Por que?, porque si hay alguien que lo tiene todo clarito es justamente esa mafia de criminales, estafadores y pedófilos que son los de la Conferencia Episcopal. Ellos saben, y no les falta razón, que para poder gozar de los obscenos e inmorales privilegios que siempre habían disfrutado durante los gobiernos anteriores, tienen necesariamente que salir del gobierno de Maduro. Que sin ese requisito no van a poder ver aumentados ni la mesada que sin justificación ninguna reciben del gobierno, ni su poder y ascendencia que tradicionalmente habían tenido sobre toda la sociedad. Porque aquí y en muchas partes del mundo, donde la iglesia llegó a poner de rodillas a reyes y emperadores, era un poder , un poder que podía incluso mandar preso a quien a ellos les diera la gana.

Y ya que hablamos de pedófilos, ahora mismo, qué casualidad, en una noticia que se acaba de publicar en Aporrea aparece una afligida madre denunciando al Papa Francisco de haber encubierto al abusador de su hijo. Por qué lo habrá hecho este farsante. No será porque él también está incurso en este horrendo delito. La verdad es que si hay algo al que le cae como anillo al dedo aquello de "el que esté libre de este horrendo pecado que tire la primera piedra", es precisamente a esta pandilla de de delincuentes e incestuosos ensotanados.

Quien esto escribe es ateo, un ateo que hizo todos sus estudios de primaria y parte de la secundaria en colegios católicos. Y no sólo eso, sino que, además, primero dejaba de salir el sol que dejara de hacer los nueve primeros viernes. Y sin embargo, a través de lecturas y de hechos conocidos y observados, hemos llegado a comprender la tremenda estafa que constituyen las religiones; el despreciable papel que, a través del sometimiento espiritual de los pueblos, desempeñan en beneficio de las clases económicamente dominantes y explotadoras.

Esto lo decimos para explicar que soy uno de los que están de acuerdo con la creación de una iglesia latinoamericana totalmente independiente de Roma. Una iglesia libre de las perversiones que les impidan a los nuevos padres Biagi la comisión de delitos tan repugnantes como el asesinato, el estupro y la violación de niños y mujeres indefensas. Si en Inglaterra se pudo hacer esto, es decir, crear la iglesia anglicana, ¿por que no se podría hacer lo mismo en este continente? ¿Porque no existe un Enrique VIII con el suficiente coraje para emprender esta inaplazable tarea? Bueno, tal vez.

Sin embargo, mientras se construye esta iglesia, aquí en Venezuela se debe ir pensando en denunciar el "Modus Vivendi" que Betancourt firmó con el Vaticano y que les permite a toda clase de zánganos y vividores purpurados vivir como reyes a costa de los recursos de la nación. Y en cuanto a los Jesuítas, bueno, estos bichos son extranjeros -en su mayoría españoles franquistas, para mayores señas-, lo cual les impide entrometerse en los asuntos políticos del país. Por eso, debe hacerse con ellos lo que José Tadeo Monagas hizo con esta peste. Es decir, expulsarlos a perpetuidad de Venezuela.

El padre Biagi, para los que no lo sepan o no lo recuerdan, fue un cura que en los tiempos de Pérez Jiménez o Betancourt, no recuerdo bien, violó a su hermana. Y después de hacerlo la asesinó, y con el fin de hacer desaparecer su cuerpo la descuartizó y trató de meter sus miembros en una maleta. Demás está decir que la iglesia hizo todo lo posible por encubrir este espantoso crimen, como hoy trata de encubrir y perdonar a los curas violadores de niños.

Lo otro de Mario Silva es que no caracteriza a la derecha venezolana como, en honor a la verdad, debe hacerlo. El la califica de "fascista, fascista pa ya, fascista pa acá, con lo cual le hace un gran favor, al punto de que estos degenerados también han empezado a tildar al gobierno de lo mismo, vale decir, de fascista. ¿Cómo, debido a sus actos, debe llamarse a la oposición venezolana? Como lo que son: "terroristas, que es la versión más criminal y vesánica del fascismo. El fascismo, es cierto, es la dictadura más brutal y salvaje de los sectores económicamente dominantes de una sociedad, de los especuladores y estafadores, de los banqueros y terratenientes y de la gran burguesía importadora. En un gobierno fascistas se carecen de todos los derechos y garantías políticos que defienden un régimen democrático. Por consiguiente, no hay ni libertad de expresión, ni de manifestación, ni de asociación, ni de reunión, ni de pensamiento, ni derecho a la defensa. Y en cuanto a los derechos sociales, de hecho no hay ninguno, por lo tanto tampoco existen ni el derecho a huelga, ni a la contratación colectiva, ni a la jubilación, ni a prestaciones sociales, ni el derechos a la salud, ni a la educación pública y gratuita, etc. La diferencia con el terrorismo, es que en el fascismo la acción represiva del gobierno recae casi exclusivamente sobre los sectores progresistas y democráticos que tratan de establecer un régimen basado en las libertades públicas y en la legalidad y el derecho. En síntesis, en el fascismo el ciudadano se encuentra totalmente indefenso y desamparado ante los desmanes y abusos de un gobierno inescrupuloso, capaz de llegar a los peores extremos de persecución y muerte.

El terrorismo es el mismo fascismo pero en su fase más salvaje y primitiva; es el desbordamiento incontrolado de los instintos más perversos del hombre convertido en bestia. Por consiguiente, para los terroristas no hay límite en su desenfrenado afán de provocar destrucción y muerte. Su misión es matar, sin reparar a qué bando pertenezcan las víctimas, la edad de las mismas y ni qué medios utilizar para lograr sus fines. De modo, que a ellos no les importa poner una bomba de alto poder explosivo en lugares altamente concurridos, ni incendiar hospitales y otra instalaciones con personas adentro. Eso no les importa, lo que les importa es saciar su odio irracional que reclama el abundante derramamiento de sangre. En este sentido, recuerdo que en una de las tantas guarimbas protagonizadas por la oposición, las llamadas manitas blancas incediaron una venta de pinturas ubicada en la planta baja de un edificio residencial y en la que se encontraban almacenadas sustancias altamente inflamables. Recuerdo, asimismo, cómo las madres asomadas a los balcones con sus pequeños hijos en sus brazos, le gritaban desesperadas a la gente de la calle que que contribuyeran a apagar el incenedio, porque de un momento a otro el edificio podía volar en pedazos.. A este tipo de criminales pertenece la oposición venezolana. Por lo tanto, es una oposición terrorista y así es como hay que llamarla.

Tips:
Si usted quiere saber cómo también se puede aterrorizar a toda una nación, vea el programa de Pérez Pirela transmitido este lunes. Vea igualmente como con esa clase de mensaje se le hace el juego al enemigo que busca justamente lo mismo, es decir, aterrorizar. Yo quisiera saber que dirían las personas que sin ser partidarias a ultranza de este Proceso simpatizan de todos modos con el gobierno de Maduro. Lo menos que pudieron decir es..."a correr que tiran piedras".

Hace poco recibí una comunicación de unos amigos colombianos en la que me notificaban que el próximo 14 de este mes iban a realizar una concentración en Paraguachón, frontera entre los dos países, en respaldo al gobierno del presidente Maduro. Aspiraban a que yo contribuyera a darle a esa importante movilización de sollidaridad con nuestro gobierno y nuestro pueblo, la mayor difusión posible.

La política es una ciencia que no admite ni la improvisación, ni el empirismo, ni el dogmatismo. Razón por la cual sólo el que mejor la domine podrá salir airoso en la lucha por el poder.

Qué extraño de verdad, aquí se ha promovido la lectura de toda clase libros. Entre los que recuerde están Don Quijote, Los Miserables y hasta algunas obras de Nietzsche, que fue el ideólogo el Nacional Socialismo, o sea, del Nacismo alemán.. Sin embargo, no recuerdo que se ya ni siquiera sugerido la lectura de la biografía de Bolívar. Yo recomendaría la de Indalecio Lievano Aguirre. El presidente Maduro debía mandarla a imprimir y repartir gratuitamente, como se hizo con la obra de Cervantes.

El autor de la frase "cuando escucho la palabra cultura echo mano a la pistola", no fue de Goebbels sino de Millán Astray, un militar franquista.

alfredoschmilinsky@hotmail.com


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Alfredo Schmilinsky Ochoa


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