La burguesía venezolana ni corta ni perezosa, ha venido desde hace ya algún tiempo, haciendo experimentos para tomar de nuevo el poder y el control del Estado; una vez que sus políticos de ayer, amparados en el Pacto de Punto Fijo dejaron de servirles y se volvieron locos detrás de los dineros del tesoro público (CAP, Caldera, Petkoff, Fernández, Álvarez Paz, Aveledo, Fermín, Ledezma, etc.).
Sólo nos resta pasearnos por “Los Amos del Valle” de Francisco Herrera Luque para conocer sus entretelones y antecedentes y, luego llegar a la más clara descripción de sus redes del poder, como lo reseña Luis Britto García en su libro “La Máscara del Poder”.
Todo pareció cambiar para ellos y acabárseles su festín, cuando el 4 de febrero de 1992 surgió el “Comandante Eterno” Hugo Chávez Frías y les aguó la fiesta y mandó a parar el bochinche y el reparto; luego de la clarinada y el despertar del pueblo, con el célebre “Caracazo” del 27 de febrero.
La historia cambió para siempre; pero ya en sus maquiavélicos laboratorios (respaldados por el Norte), la burguesía ensayaba su nueva estrategia. Está vez con caras frescas y patiquines nacidos en el seno de familias pudientes y adineradas, que les permitía soñar en sectas como Tradición Familia y Propiedad o hacer ensayos televisivos, con programas de paladines de la Justicia y hasta juegos como matar gatos, en los jardines de sus mansiones, sin ningún rubor o respeto por la vida de los animales.
Todo esto resulta más contemporáneo, pero los antecedentes de las familias Mendoza y Capriles vienen desde muy atrás y sus fortunas no tanto producto del esfuerzo (como suelen venderse las familias dineradas) más bien era extraído por diferentes vías del Estado complaciente y gracias a los favores recibidos por los gobiernos de turno y las campañas benéficas como “ayúdame a ser útil”.
Por citar un solo ejemplo, el caso de los Mendoza está muy ligado a la época de la dictadura Perezjimenista. Sólo basta citar a Britto García para hacernos una idea: “…Tal alianza entre la burguesía nacional, el capital extranjero y el poder político, subsistió a través de todos los avatares dictatoriales o populistas de este último”.
“El retiro del referido apoyo – señala Luis Britto García – sólo ocurrió cuando el Estado falló al privilegiarlos en la redistribución del circulante. En tal caso, la caída del régimen no se hizo esperar: así ocurrió con la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, que concluyó en 1958 (llegada de los barbudos a La Habana) luego de un atraso de pagos a los contratistas públicos, causado por una crisis económica. El gran acreedor, Eugenio Mendoza, pasó a formar parte de la Junta Provisional, y se retiró de la misma una vez que sus acreencias fueron satisfechas con los fondos de reserva del Tesoro Nacional “.
Desde luego que ahora no tenemos una Junta Provisional de gobierno, como la que favoreció a los Mendoza de entonces con Wolfgang Larrazábal. En Venezuela tenemos un Presidente Constitucional electo por los votos del pueblo: Nicolás Maduro Moros.
El Gobierno Revolucionario debe estar alerta. Los empresarios de escuela y sus descendientes han aprendido a salir al ruedo y si no la ganan la empatan.
Los Capriles y los Mendoza no se la han llevado muy bien; aunque hay también otros burgueses de orillas, quienes tratan de emparentarse o acercarse por la vía política (PJ) con los Mendoza y los Capriles como los Ocaríz, Borges, Blyde y otras nuevas generaciones de pequeños burgueses.
El asunto es que los nuevos oligarcas, con los mismos tentáculos en el Imperio, tratan de saltar al ruedo: los Mendoza con sus empresas acaparadoras de alimentos y los Capriles, con sus medios de comunicación (impresos y cine).
Ahora buscan negocios con el Estado. Los primeros para vender sus empresas chatarra de alimentos, ya que las modernas y patentes las tienen en Colombia y los segundos, para querer arrinconar al Estado en busca de cargos y repartos burocráticos. ¿Será Mendoza el enterrador de Capriles?
A la oligarquía venezolana debemos recordarle que las reglas del juego en nuestro país están claras en el Programa de la Patria. La Revolución no cederá un ápice en el camino hacia el Socialismo; su ruta la dejó trazada Por Ahora y Para Siempre, el líder de la Revolución Bolivariana, el “Comandante Eterno” Hugo Rafael Chávez Frías.
¡Independencia y Patria Socialista!
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