“La rebelión es el arte de hacer de hacer posible mañana lo que hoy no es posible”
Hugo Rafael Chávez Frías
No se puede decir que la Rebelión de 1795…, fue una acción que fue liderizada por un solo hombre y que esta se realizó con armas convencionales como la que tenía el ejército español, inglés o francés de color denominados los libres, integrada por mestizos, zambos, mulatos y africanos antes esclavizados que habían alcanzado su libertad por diversos medios, fue en realidad una lucha contra la explotación y la generación de irreconciliables injusticias., porque sería una falsedad si aseveráramos tal hecho, sin darnos cuenta, que estamos echando a un lado, a los otros epónimos negros y negras que participaron con gran valentía y coraje en tal rebelión y estaríamos alimentando ese largo silencio que ha condenado al olvido a seres humildes, actores principales de aquella gesta, negros sometidos a la afrenta lesa humanidad del sistema esclavista, porque tal alto de insurrección no fue dirigido solamente por el negro (Zambo) José Leonardo Chirino1, porque entonces adoleciera de la connotación histórica que se merece y no sería una insurrección, sino una acción aislada que discrimina y no incluye a sus otros participantes, en el que hay que tener mucho cuidado con nuestra apreciaciones, porque a pesar de todo, no creemos que se pueda considerar como una revolución, pero si el germen de otras en el que estaba claro que los negros que la liderizaron estaban preparados y tenían conocimiento acerca de alas implicaciones que se estaban dando en la Europa de las luces, lo que quiere decir, que los negros y negras conocían de buenas manos lo que estaba pasando en el mundo y principalmente en Europa y el Caribe, puesto que muchos de ellos, habían tenido la oportunidad de viajar con sus dueños, oír conversas en las reuniones de los amos, contactar dicha realidad y uno de ellos que gozó de tal pretensión, fue el zambo chirino (quien era hijo de india y negro), como el negro José Caridad Gonzales y otros (a quienes consideran los Héroes Olvidados por la historia, cuyos nombres no aparecen en ningún monumento conmemorativo y cuyos rostros han permanecido ocultos durante más de doscientos años, compañeros de gesta del negro José Caridad Gonzales, héroes anónimos de nuestro pueblo, ayer sufrido y hoy redimido para siempre y que creemos que les llegó la hora de entrar al altar de la Patria, forjada con su sangre inocente y el sacrifico de sus vidas.), de quien se dice muchas cosas y quien tenía una apreciación distinta, porque se caracterizó por ser un negro intelectual de muy alta monta, conocer de los enciclopédicos franceses y manejar varios idiomas, donde está incluido su lengua nativa, lo cual conjuntamente con Chirinos le dios cierto, se apoderaron de diferentes herramienta dado por los diferentes mecanismos que instituye el manejo del conocimiento, para comprender las dinámicas históricas y fundamentalmente, la transición hacia el Capitalismo Liberal, puesto que tuvieron contactos con el Santo Domingo francés (posteriormente llamado Haití) que por ser colonia francesas, se manejaba la información acerca de lo que estaba pasando en Francia, de donde desde algunas década se venía cuajando un conflicto social y político, con diversos periodos de violencia, los cuales extendieron sus implicaciones, a otras naciones de Europa que enfrentaban a partidarios y opositores del sistema conocido como el Antiguo Régimen Feudal.
José Leonardo por su estirpe y contacto con la sociedad española establecida en Venezuela, conoció de muy buena manos y diferentes documentos que se colaban en las periferias y que llegaban a manos de los patriotas americanos, acerca de tales ideales que venía haciendo público y que tenían que ver con el movimiento enciclopedista, lo cual lo llevó a crear un movimiento en Venezuela. Asimismo, estableció contacto con el proceso que se vivía en Haití donde los negros esclavos se habían levantado contra los blancos y estaban luchando con éxito para obtener su libertad, debido al maltrato que mantenía en contra de ellos los pardos mantuanos, blancos criollos y blancos europeos. Este movimiento fue el producto de ese contacto que ya se venía gestado en Haití y que repercutió en la personalidad de este epónimo negro que había logrado tener cierto nivel intelectual, producto del contacto que tuvo con los sectores pudientes del país, lo cual le permitió (Por ser hijo de India) tener ciertas reivindicaciones que no tuvieron otros epónimos negros de la época y que viene a demostrar que los diferentes movimientos que dieron en Venezuela por alcanzar la independencia económica fueron impregnado por el conocimiento teórico e intelectual que poseían los negros. Recordemos que Chirino Vivía En Churuguara (Coro, Edo. Falcón) labriego, hijo de un esclavo negro perteneciente a familia criolla y de esta recibió el apellido, porque nació libre por ser hijo de india (zambo).
Se crió como jornalero y colono aparcero, trabajando para José Tellería, miembro de las familias patricias corianas. José Leonardo, casado con esclava negra, tuvo oportunidad de ir con frecuencia a Curazao y Haití, como acompañante de su patrón en sus viajes de negocios. Esto para Chirino se presentó como una oportunidad que le permitió apoderarse de tal conocimiento, lo que quiere decir, que ya para 1795, la sociedad coriana se movía en medios intelectuales francamente capaces de discutir los acontecimientos históricos de la época, de tal modo que los Tellería, los Chirino, los Manzano y otros personajes de distinción y de apellidos de mucha importancia, comentaban con frecuencia los sucesos e ideas revolucionarias que se estaban gestando en la época, a los cual, los negros esclavos y libres, venían oyendo con mucha intención y buscando en textos o en cualquiera fuente estos mensaje de redención que los contagiaban y que comenzaron a levantar los ánimos, alimentar sus esperanzas por la libertad e igualdad2.
El movimiento insurreccional de José Leonardo Chirino en la Serranía de Coro, se puede considerar como uno de los más tempranos intentos independentistas registrados en nuestros anales históricos, donde distintas causas dieron su origen, en el que se hizo palpable las condiciones infrahumanas en que se encontraban los negros y por otro lado, porque el Cabildo de Caracas se oponían a darle cumplimiento al mandato del Rey de España que consistía en darle la libertad a los esclavos, la cual fue considerada como una acción atentatoria de los derechos de los propietarios que para 1790, el que no se respetó que ya los negros tenían conocimiento del tal mandato y fue asumida como una verdad aceptada por los negros en vista que fue propagada por todas las haciendas3.
Pudiéramos acércanos a decir que El día 10 de mayo de 1795, fue un día significativo porque se demuestra que la insurrección se convirtió en un aporte de mucha importancia que vino a reforzar la venezolanidad, en un país que durante mucho tiempo se ha venido invisibilizando el aporte de la cultura negra, morena e indígena y donde desde hace mucho tiempo los intelectuales que nos caracterizamos por poseer una piel negra, morena y que formamos parte del colectivos que integra la parroquia San Agustín del Sur, venimos alertando sobre tales acciones discriminadoras que no reivindican a nuestra herencia histórica y en donde tal actitud se ha convertido en un mecanismo para no reconocer que el negro se convirtió en sujeto creador de cultura, en el que se hace muy presente esa capacidad que tuvo para comprender el momento histórico que estaba viviendo y desprenderse de su cultura original que se había convertido en una traba o en el canal que había permitido considerarlo como desarraigados o negros y no como seres humanos que poseían una gran inteligencia. Esto quiere decir, que los mismo africanos marcaron una distancia en contra de su propia gente para convertirlos en piezas ébanos, cuya función estaba destinada solamente a servirle al blanco europeo y que creemos que todavía tal premisas se hace real, en algunos venezolanos que poseen una piel negra y morena que los vemos participando al lado de la oposición y en contra del gobierno bolivariano, los cuales no han comprendido el momento histórico que se está viviendo en nuestro país (Venezuela), en el que se abierto esa apertura de inclusión y de la participación, como del protagonismo.
Por ello tal movimiento tuvo en la sociedad colonial venezolana, una repercusión en distintos sectores que integraban ese modelo de sociedad, en vista que muchos de esos sectores pudientes liderizados por los mantuanos, pardos, blancos criollos y españoles, no aceptaban jamás que un negro fuera capaz de tener tanta inteligencia para organizar tal insurrección y desestabilizar a tal sociedad. Por ello, fue capturado (en agosto de 1795) y trasladado a Caracas, donde fue condenado a la horca, el 10 de diciembre de 1796. Sentencia que fue ejecutada en su plaza Mayor (hoy plaza Bolívar), como escarmiento para desalentar futuras rebeliones y la cabeza de Chirino fue puesta en una jaula de hierro que se colocó en el camino hacia los Valles de Aragua y Coro y sus otras partes se fijaron en Caujarao y Curimagua, demostrándose la crueldad de tal sociedad colonial y de tales clases sociales, impregnada por el odio de clase que tenían hacia los otros estratos sociales, en el que se puede notar, que a pesar de que las monarquías en el mundo había decretado la eliminación de la esclavitud y la igualdad entre los ciudadanos, las casta en Venezuela hicieron caso omiso, porque ello perjudicaba sus intereses.
1 Estuvieron muchos negros más, como José Caridad Gonzales, Negro loango (tribu del Reino del Congo) traído del África a Curazao, de donde se fugó y llegó a Coro. Fue acusado como el autor intelectual de la sublevación de negros y zambos en la sierra de Coro en 1795. Inteligente y educado, José Caridad González dominaba además de su idioma original africano, el español, el patuá de Curazao y el francés. Asimismo, estaba al tanto de los ideales de la Revolución Francesa, los cuales trasmitió a los esclavos.
2 Como desde el inicio de la Revolución Francesa llegaban a Coro noticias de ella a través de Curazao y de los corsarios que durante la guerra franco-española aparecían frecuentemente en las cercanías de La Vela, los terratenientes corianos comentaban los sucesos, en donde se hablaba de los acontecimientos de Francia, del derrumbamiento del antiguo orden social, de la proclamación de la República y la igualdad para todos, de la ejecución del rey Luis XVI y de la guerra entre Francia y España. Estas conversaciones, que comentaban los criados y esclavos, las escuchaba también José Leonardo Chirino, un zambo que estaba al servicio de Tellería, que había acompañado a éste en sus viajes de negocios a Haití. Ahora el zambo había sabido que los negros de esta isla se habían sublevado bajo las órdenes de Toussaint Louverture para hacer valer sus derechos y abolir la esclavitud. Por ello, a fines de marzo de 1795, José Leonardo empezó a tramar la conspiración, de acuerdo con los negros Cristóbal Acosta y Juan Bernardo Chiquito. El 10 de mayo promovieron un baile en la hacienda Macanilla y por la noche pasaron a la hacienda El Socorro, donde dieron el grito de rebelión. Allí José Leonardo proclamó la «ley de los franceses», la libertad de los esclavos y la supresión de los impuestos.
3 Llamado Código Negro promulgado por cédula real en 1789, el que, si bien no tenía el alcance que le daban los esclavos, pues en absoluto se refería a la concesión de libertad, sí establecía un régimen de mejor consideración para ellos. Para el tiempo en que se propagaban estos rumores llegó a Coro como recaudador de los derechos reales Juan Manuel Iturbe, quien puso todo su empeño en cobrar formalmente las contribuciones. Luis Bárcenas, administrador del puesto de alcabala de Caujarao, recibió órdenes de cobrar anticipadamente y en efectivo, el derecho de alcabala a todos los que bajaran de la sierra. A las mujeres les embargaban, en garantía del impuesto, sus rosarios, zarcillos y hasta los pañuelos con que se cubrían la cabeza. Estos hechos perjudicaban principalmente a los esclavos y labradores libres de la sierra, quienes no disimulaban su descontento.
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