Santo de hecho de los venezolanos y más allá.
Los cables internacionales nos traen la noticia sobre la entrevista el Presidente de El Salvador, con el Papa Francisco, para abogar por la santificación del Monseñor Romero, quien como sabemos fue asesinado por el fascismo mientras celebraba una misa, se supone que este Papa, latinoamericano como es, el primero, que debió haber conocido a este verdadero Prelado de los pobres, va a ser condescendiente con la petición del pueblo salvadoreño para que se concrete la santidad de quien debería ser tomado como ejemplo por quienes aquí, utilizando su jerarquía y a espaldas de la verdadera iglesia han convertido la cúpula llamada Conferencia Episcopal, en una especie de partido político para enfrentar a los gobiernos legítimos que desde 1998 nos hemos dado los venezolanos y que a diferencias de ellos como jerarquía, que no de la mayoría, sino algunos de los sacerdotes de pueblo, se han dado a la tarea de ser verdaderos activistas de acciones contrarrevolucionarias, por ejemplo cohonestando con su silencio, los asesinatos de 11 venezolanos por parte del fascismo, y cuya cabeza visible es el psicópata que sin escrúpulos dio la orden de matar, con su terrible frase de “salgan a drenar su ARRECHERA”
Esos políticos, ensotanados de púrpura, estoy seguro, no van a hacer mayor cosa por impulsar aquí, la santificación de quien ya es reconocido por el pueblo cristiano como un verdadero santo, ejemplo de entrega por los pobres, un verdadero revolucionario en su época quien seguramente por esa razón es prácticamente ignorado por la cúpula eclesiástica, es el amado no solo aquí sino en buena parte de América, el Doctor José Gregorio Hernández.
La iniciativa del Presidente Funes, bien podría ser emulada por nuestro Presidente Maduro para que por fin la tan anhelada santificación de este santo venezolano, que sería el primero de nuestra Patria y se logre su canonización y sea declarado por fin nuestro santo en derecho pues de hecho ya lo es para todo el pueblo venezolano y más allá de nuestras fronteras.
