Como por arte de magia, el impronunciable nombre de “Mario Silva” comenzó a fluir libremente por los labios del oposicionismo mediático. De repente, el “señor de la noche” tuvo nombre. ¡Milagro!.
El “bachiller marginal”, que preparaba sus ataques con maldad y alevosía en laboratorios de guerra sucia, de la noche a la mañana pasó a ser para la ultraderecha un digno hombre de palabra y dueño absoluto de la verdad.
¡No me jodan!
Estamos ante la expresión de hipocresía y politiquería ramplona más deplorable de los últimos tiempos.
Las decenas de videos y audios de conversaciones sostenidas por politiqueros puntofijistas y reaccionarios, que han sido del conocimiento público en los últimos años, siempre fueron condenados y catalogados de ilegal por el oposicionismo.
La conversación de los hermanos Ochoa Antich de diciembre de 2002, dejaba claramente establecida la intención golpista del sabotaje petrolero que le causó al país perdidas por más de 30 mil millones de dólares, pero nunca la vimos publicada en los medios de comunicación privados.
“(…) Te voy a confesar -y yo creo que no es bueno decirlo mucho- pero ayer consideramos arrechamente con la gente del petróleo, si los tirábamos al pajón o no, porque ellos dicen que es una vaina muy arrecha. Si, si nosotros damos el paso después no podemos devolvernos, porque esa es una acción tras otra entonces.”
La conversación telefónica entre los derechistas Teodoro Petkoff y Quiroz Corradi de 2004, demostraba que la derecha no había recogido suficientes firmas para solicitar el referéndum revocatorio, que finalmente fue celebrado gracias a la inmensa estatura democrática del Comandante Eterno Hugo Chávez, ratificado en el cargo.
“¡Eso no es verdad chico!, desde el primer momento siempre se supo que eran 3.1, esa creación de una matriz de opinión fue uno de los más graves errores. Eso lo dijo la misma María Corina Machado el primer día son: 3,1 millones de firmas, nunca fueron 3,4 son esas vainas que llevaron al consultivo que llevaron al primer firmazo, ese poco de covas y mentiras que se le mete a la gente y ese poco de políticas ambiguas, Alberto.”
Peor aun, Petkoff incluso avala en esa conversación la posibilidad de un golpe militar, pero eso tampoco lo vimos publicado día tras día en los medios de comunicación privados. Ningún opositor habló de ello, sino para satanizar al gobierno por sus grabaciones “ilegales”.
“(…) plantéatelo desde otro ángulo, aquí no hay sino tres opciones clarísimas o estos muchachos esforzados y heroicos de la Plaza Altamira tumban el Gobierno o la oposición dice no hay reparos y no hay revocatorio y por lo tanto no sé qué coño vamos a hacer.”
Mas recientemente, la conversación del padre del ex candidato fascista perdedor, matraqueando dólares para la campaña electoral de su hijito burgués, así como la faja de billetes verdes que obtuvo el diputado Caldera de Primero Justicia, dejó claramente establecida la inmundicia e inmoralidad de toda la oposición venezolana, que nunca condenaron estos hechos, sino que continúan justificando y aplaudiendo la corrupción y la vagabundería.
¡NO VOLVERÁN….!
Nadar en la laguna
Si no es escuálido, al analista político Nicmer Evans al menos le encanta nadar en esa laguna. En una de sus más recientes columnas se hace eco de las exigencias de la derecha y extrema derecha para que sea investigado el audio que le montaron a Mario Silva.
¡No me jodan!
Lo más absurdo de su “análisis” son los llamados “escenarios” que plantea:
1. Es un montaje. Dice Evans que esto “implicaría un nivel de conflicto internacional de magnitudes incalculables”.
¡No me jodan!
El montaje, seguramente elaborado por JJ Rendón y la mafia reaccionaria cubano-miamera dirigida por Roger Noriega, se le ha hecho a un ciudadano venezolano, comunicador social, que mantiene un programa de opinión en televisión, mediante el cual ejerce plenamente su libertad de expresión. Mario Silva no es funcionario público, ni hombre de Estado. Extraño que el internacionalista Evans no sepa esta diferencia.
2. Son chismes. Dice Evans que esto significa que Mario Silva es un quinta columna de la unidad.
¡No me jodan!
La chismografía es un deporte que seguramente hasta el propio Evans practica. En privado, e incluso públicamente, todo el mundo en este país dice lo que le da la gana, demostrando que en la Venezuela Bolivariana existe plena libertad de expresión. Lo curioso es que el supuesto G2 cubano del audio, apenas si habla, cuando en este tipo de conversaciones de manager de tribuna, todo el mundo tiene una pendejada que decir.
3. Es verdad. Dice Evans que lo dicho en el audio son “elementos probatorios de una serie de irregularidades”.
¡No me jodan!
Como le gusta a Evans nadar en esa laguna de escuálidos.