Los clásicos han sostenido lo que es una verdad de Perogrullo, cuando una revolución está en proceso y avanza victoriosa, los sectores de la burguesía se unen para atacarla. Esto ocurre con la revolución bolivariana. Recordemos siempre abril de 2002, no olvidemos el montaje mediático liderado por la “imparcial” Venevisión, recordemos la reacción internacional inmediata de la burguesía, el eco en el centro del imperio y en la España de Aznar que viene siendo lo mismo que la España de Rajoy hoy. En Venezuela se ensayo contra el comandante Chávez lo que luego perfeccionaron en Libia y hechos como el montaje en Qatar de la Plaza Verde. Con la guerra mediática nos desatan una ola especulativa atroz, con la guerra mediática asustan a venezolanos que no tienen ninguna razón de apoyar a un candidato burgués, no obstante, Chávez les da casa, comida subsidiada, equipos del hogar casi regalados, salud, pensiones de vejez y jubilaciones, sin embargo, aún así, Chávez sigue siendo el lobo come niños y algunos cifran sus esperanza en su verdugo. Pero la conclusión de todo, es que con los medios de la burguesía se está desarrollando una guerra frontal contra la estabilidad de la revolución bolivariana y eso debemos tenerlo muy claro.
El carisma de Chávez fue tan fuerte, la conexión amorosa con los humildes fue tan poderosa, que se vieron en la necesidad de asesinarlo, aunque pasen años sin conocerse la verdad, algún día la sabremos de manera completa, Chávez fue asesinado por el mismo imperio que elabora los montajes del Silva Gate. Los burgueses sacaron su cuenta, desaparecido Chávez, los hijos políticos de éste no aguantarán un round… pero se equivocaron burgueses de pacotilla, tal como los llamaba el comandante en esos momentos cumbres en donde hay que decir lo justo y nada más justo que decirle a un burgués, sobretodo si es venezolano “burgués de pacotilla”, porque eso es lo que realmente son, unos burgueses parásitos que construyeron su riqueza robando al estado. Las consecuencias están a la vista, allí tenemos la agricultura en el suelo, apenas levantándose del entierro que la burguesía súper parasitaria venezolana la llevó, pero en los hombros de la revolución está lo que será casi un milagro…levantar la agricultura en la patria.
Hay una matriz de opinión burguesa que la viene trabajando con filigrana, el hacer creer a los humildes, que Maduro, Diosdado y otros cuadros de vanguardia son unos corruptos. En ese contexto aparece el famoso video de montado de Mario Silva, para ello escogieron a un traidor sin escrúpulos como Ismael García, lanzaron toda aquella podredumbre y encendieron el ventilador. Ellos jamás presentarán una denuncia concreta, siempre hablarán de supuestos, de fuentes confusas, no obstante, intentarán sembrar en el imaginario popular que Diosdado es un neo-burgués y Maduro un incapaz. Saltarán los “sesudos analistas” y nunca faltará algún ingenuo o malintencionado “chavista” que caiga en la trampa.
Podríamos perdonar a un camarada del pueblo que pudiera permitir dejarse llevar por la guerra sucia burguesa, pero no se justifica que cuadros de la revolución, gente formada y estudiosa, pongan en duda la actuación revolucionaria de toda o parte de la Dirección Político-Militar de la revolución en donde están Maduro y Diosdado como cabezas visibles.
La burguesía creo llegado el momento de atacar la yugular de la patria; juguetean con Chávez porque es muy popular, pero quieren utilizarlo para atacar al heredero de Chávez, nadie mejor que Diosdado para hacer la contrafigura de esta novela burguesa y calentar la oreja de muchos que pre-figuran una encarnizada guerra entre los dos más visible cabezas de la revolución actual y sacar partido de ese imaginario enfrentamiento. Manejar el criterio de: Maduro si, pero Diosdado tal o cual, es traicionar a Chávez, tengámoslo bien claro. Ciertamente creemos en la irreverencia de la discusión, pero la irreverencia jamás puede convertirse en patente de corso para atacar a un camarada sin elementos de convicción. Aquí el que defiende a Maduro está moralmente obligado a defender y creer en Diosdado y toda la dirección política militar del PSUV. Es muy sabroso babearse por la tarjeta del PSUV cuando somos candidatos, pero le clavamos una puñalada al PSUV cuando nos ponemos a saltimbanquear al no ser las decisiones del partido de nuestro gusto. ¡¡¡Eso no tiene otro nombre sino traición!!!
Nadie dirá que el momento que vivimos es fácil, hacer una revolución no es un cuento rosa, ni tampoco la comodidad oficinesca para lanzar teorías aéreas que no tienen la más mínima base sólida como para que afecte aunque sea una ñingüita al sistema capitalista es la salida, la salida es la calle y eso es precisamente lo que se está haciendo…ponerse ahora a distraernos con el sistema chino y el ruso es una estupidez, nos interesa es mantener el equilibrio ante un imperio que se le salen las babas por exterminarnos. Construir un sistema socialista, aunque nadie tiene una fórmula, lo que si se sabe es que no es nada fácil y requiere de un esfuerzo monumental, casi sobrehumano, y el temple extraordinario, que para que un solo hombre lo logre, tiene que ser como Chávez y eso no se consigue así de fácil en cualquier esquina. Ah, pero eso nos lleva a pensar y actuar en colectivo, no en individualidades y hacia allá debe estar dirigida nuestra acción. Es el momento, entonces, de aglutinarnos de forma hermanada y estar como un solo bloque para enfrentar las embestidas de esta burguesía desesperada con acciones como el GOBIERNO DE CALLE. Ellos saben que si eso se consolida sería su acabose como sistema, por eso su desesperación.
El gobierno de calle es un gran esfuerzo colectivo, nadie individualmente lo puede hacer viable, esto nos obliga a estar juntos, esto nos obliga a coordinar, esto nos obliga a hermanarnos y cuando lo logremos la burguesía estará derrotada en todos los ámbitos de la vida nacional e internacional. ¿Por qué hablamos del ámbito internacional? La revolución bolivariana es esencialmente internacionalista, lo contrario no es bolivariano, sería otra cosa, menos bolivariana. En este sentido, la revolución está obligada a desarrollar no solo el socialismo bolivariano en nuestra patria sino en toda Suramérica, en donde el gran Bolívar ya regó la semilla y Chávez la abonó doscientos años después. Hoy más que nunca debemos construir una poderosa articulación de los pueblos de nuestra América y que siga ocurriendo lo que sucedió en Colombia, que la gente protestó contra el fascista Capriles. El músculo político de la revolución bolivariana no se puede limitar a nuestras líneas fronterizas, debe ir mucho más allá, a la profundidad del alma de los pueblos.
No perdamos tiempo en debates sin sentido, que solo ayudan a la tesis burguesa de lanzar basura a nuestra gente, mantengamos la unidad monolítica en torno a Maduro y a Diosdado…la suerte de ellos nos importa a todos los revolucionarios del mundo, no permitamos de ninguna manera que se vilipendie a camaradas cuyo único delito ha sido ser fieles a Chávez. Hoy es contra Diosdado y Maduro, si logran el objetivo, mañana será contra el pueblo chavista todo porque un triunfo fascista en nuestra patria sería verle los colmillos al demonio, no se detendrían aun si necesitaran diezmarnos como lo hicieron con nuestros padres aborígenes. Eso no ocurriría jamás, pero el ataque contra Diosdado tiene mucho que ver con el ataque a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana igualmente, la burguesía sabe que allí está una fortaleza, por esa razón, cuando Maduro plantea las milicias obreras los burgueses se hacen los pantalones y chillan de terror y salen a sus medios a manipular y chantajear.
Unidad y claridad a todos los niveles del PSUV, que no nos confunda lo pequeño, que los señuelos de la burguesía se estrellen contra la voluntad granítica de un pueblo y su vanguardia unida por siempre…