El latrocinio de alcalde Antonio Ledezma ha vuelto a actuar. El gago de la ecolalia, muy mal trajeado como de costumbre, con intentos de imagen de gran señor, ahora se lanza como el sueño de la gran moral opositora. Es el Freddy Gruber de la Mesa de la Unidad Democrática y anda de lobby internacional reunido con el sionismo para después decir que el Mosad no actúa en Venezuela, ellos los encubren.
Pero debo confesar que me gusta escucharlo. Me produce risa y dreno la fatiga que a veces me promueven los únicos payasos que producen angustias: toda la oposición venezolana.
En días pasados me encantó ver la entrevista a Ledezma que le realizará Carlos Croes en su programa madrugador el cual no recuerdo ni como se llama. Pues al periodista se le ocurrió invitar a tamaña masa ignorante. Grave error Croes, ese adeco es un vago, se levanta tarde, no trabaja y siempre ha sido un chulo.
Pero para mala suerte de todos, este indistinto llega tarde como de costumbre a todas sus entrevistas, incluso en su periplo internacional también repitió su normal comportamiento y eso que las citas fueron preparadas por el Departamento de Estado Norteamericano para que se instale a hablar mal de Venezuela en el exterior.
Pero el alcalde ―en minúscula es mejor― acaba de hacer algo único y grandísimo para el país. Según él, esté gobierno no ha terminado de caerse por culpa de la ineficiencia opositora. Ósea que la oposición ha perdonado al chavismo y a ellos le debemos nuestra sobrevivencia.
Aparte de esto, es del grupito de una bandita de delincuentes que se gasta los dineros del situado constitucional para montar lobby internacional y hablar mal de su país, y son tan torpes que la ayuda con posibles convenios ofrecidos para su mala gestión al frente de la alcaldía, incluso los rechazó.
Después de sus vacaciones por varios países ha regresado con delirios, afirmando que en el país existen 16000 bandas de criminales y que esta información la ha obtenido de sus especialistas. Bueno es de imaginarnos que quien anda con ladrones aprende a robar y ese es exactamente el comportamiento del alcalde, donde llega, todos se guardan sus carteras, mientras sus contratistas tienen que prepararse para darle sendas comisiones.
Es el mayor delincuente y por eso su banda es la 16001
Miguel A. Jaimes N.
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