En Venezuela y en cualquier lugar público de la patria, no es extraño que cualquier persona se acerque a otro para expresar un comentario con el interés de desprestigiar al gobierno. De igual manera, sobran los que les salen al paso, defendiendo la revolución bolivariana. Lo que más llama la atención, es ver como algunos venezolanos están inmersos en acontecimientos políticos, y hacen comentarios infundados sin pensar en las consecuencias. Durante siglos se ha afirmado, que el pueblo es sabio. Sin embargo, una individualidad no es el pueblo y es normal que cualquiera persona dé opiniones sobre ciertos hechos políticos, en el supermercado, talleres, radios, prensa y televisión; sin estar debidamente informado y crean argumentos, sin considerar demandas propias, evidencias demostrables, garantías y certificaciones. Y hacen todo estos, sin esbozar un mínimo sonrojo de mejillas.
Recientemente, en una reunión el Poliedro de Caracas, de las unidades de batallas “Hugo Chávez” un líder de alto nivel del Psuv, comentó la intencionalidad cifrada de la oposición de un golpe de estado, donde salió a relucir una palabra que no es de uso común. Cuál sería la sorpresa, de ver en un periódico regional del Zulia, en la página principal, atribuirle la misma palabra al Presidente, construyendo una frase con otro sentido. Una cosa es afirmar y otra cosa es inferir. Esto lleva a reflexionar, sobre el comportamiento de las personas de otrora. Donde prevalecía el respeto hacia las personas, los símbolos patrios, La Constitución y hacia el Presidente de la Republica.
El mismo periódico y en la misma fecha, saca una extravagante figura femenina, que le da la connotación de una Diosa, que raya en la vulgaridad. No es una cuestión de moral, sino de ejemplo y del sitio apropiado. Si se le pregunta a la población masculina, quizás para una mayoría, sentiría los efectos de un colirio. Pero si le preguntas a cualquier padre de familias que tenga hijas hembras, probablemente no tenga la misma apreciación. Y al tratar de analizar racionalmente los hechos, lo que se exterioriza es una falta de respeto al país. Y más cuando la susodicha en el extranjero dice que es venezolana y exterioriza la extravagante figura y reta a otros actos de mayor extravagancia; como si fuera un logro positivo en sentido general.
Para evitar dudas, en las páginas de anuncio clasificados del mismo periódico; en el número 57, titulado, como Masajistas. Arranca, con anuncios de la misma Diosa. Orientando las informaciones a unos escenarios, que ojalá sea una minoría; porque si fuera lo contrario, se estaría en presencia de una Sociedad receptiva generándose un alto nivel de desviaciones, desligados ampliamente del concepto de dignidad otrora de la mujer. Se ha escrito muchos de la violencia sobre la mujer, se puede inferir que las causas es un monstruo de mil cabezas comercial, que nadie esta dispuestos a identificarlas por el temor de pérdidas millonarias, opta por no saber, cuál de ella hay primero que cortar. Muchos prefieren transitar por la superficialidad, aceptando lo que acontece, como algo natural y de grandes beneficios. Y para cualquier observador al ver, como el país se va distorsionando, les parece que los que pueden hacer algo, están neutralizados o nadie les hace caso; porque se repiten los errores y se atornillan muchos liderazgos sin actitud de cambio.
El grado de distorsión pareciese que están en la mayoría de los niveles de la sociedades venezolanas; mimetizados. Al observar la guerra de los videos, en pleno Siglo XXI. Lleva a inferir, que el grado de desarrollo en los medios de comunicación es tal, que una gran mayoría sabe que un video puede comunicar una verdad y el mismo video, puede comunicar una Falsedad, con solo cambiar palabras y presentarla en el momento apropiado. Lo que sí se puede afirmar sin discusión, que es más fácil que aflore la verdad en un colectivo, que la falsedad. Al menos, que alguien pueda con un poder desconocidos, agrupar, a “Alí Baba y los cuarentas ladrones” o a un grupo que los represente. Donde cualquier acción que hagan, no es una falsedad, sino algo que tiene consecuencias negativas y hay que evitar con firmeza, previendo daños colaterales.
Cuando se refiere a los Pueblos, se señala como una gran aglomeraciones de personas, con cosas comunes, tradiciones, culturas, costumbres consuetudinarias y otros. Es decir, un colectivo, cuyas decisiones esta significativamente asociada a la sabiduría que conserva un pueblo, y con un legado de líderes que han construidos conceptos con carácter ideológico en el camino hacia la verdad. Solo la individualidad mística practica la verdad y el colectivo se aproxima. Es por eso que en los actuales momentos, es imperioso que los pueblos con características comunes, se unan para defender los recursos naturales y espirituales; que permite la sustentabilidad en el tiempo y en sentido general.