Que me perdone el país entero, pero nunca he visto un cochino con gripe. Por eso todo me dice y de paso me indica que lo de la vacuna en contra del H1N1 es un negocio más del manejo de supuestas epidemias nacionales.
Pero vaya que aquí existen cosas raras. La oposición venezolana maneja esta situación como una pandemia. Ellos declaran que ciudades enteras deben ser declaradas en emergencia y abogan que está reconocida enfermedad paralice al país entero, así lo anuncian.
La oposición habla de vacunas, emergencias sanitarias, salud pública y hasta sienten que algunos de sus representantes son ministros de salud. Todo inaceptable, manejado publicitariamente desde los principales canales opositores los cuales vierten irreales cifras que ven espantosas personas contaminadas, hasta entierros fatídicos a causa de la irreal H1N1.
Por eso nos preguntamos ante reportes escandalosos de medios más publicitarios que de comunicación, todos privados, adversos a cualquier intento de ver las cosas buenas del gobierno nacional, como estas corporaciones con sus representantes en el parlamento venezolano, atacan, declaran y anuncian una pandemia nacional, existente únicamente en las mentes de cada uno de ellos.
¿Pero de dónde saca la oposición que este supuesto virus ha atacado a cientos de habitantes de este país? Es una nueva vulgar estrategia desestabilizadora, la cual arrecia a medida que sus periplos internacionales fracasan estruendosamente.
Antes que obtener resultados, investigaciones o sanciones en contra del país, más bien son acusados. En el caso colombiano fueron señalados por el diputado Cepeda de mantener vínculos con narco paramilitares.
Se evidencian reuniones y compromisos con agentes al margen de la ley a quienes fueron a contratarles atentados e incursiones sostenidas por grupos de paramilitares, quienes planificaron junto a ellos el asesinato del entonces presidente Hugo Chávez.
Ahora se la han dedicado a los pobres cochinos, señalan que cientos de venezolanos tienen la gripe porcina, pero no han pedido el sacrificio de ninguno de estos animales. Ahora la oposición es lucida en el estudio de ellos mismos: las epidemias.