El Gran Polo Patriótico Simón Bolívar (GPP-SB) debiera convertirse con el tiempo -si es que los diversos factores políticos que lo conforman no frustran y desvían su propósito original- en un poder patriótico constituyente, al modo como el Presidente Hugo Chávez lo instaló en Caracas el 4 de enero de 1999, con la responsabilidad de motorizar, coordinar, promover e impulsar el proceso constituyente que abarcase todos los sectores sociales del país. Mediante su decidida activación, los cinco objetivos históricos que integran el Plan de la Patria heredado de Chávez -sumados a las iniciativas asumidas por el gobierno de Nicolás Maduro para saldar la deuda social existente aún en Venezuela- tendrán una mayor fortaleza y mejores posibilidades de cumplirse al trascenderse su marco meramente institucional y trocarse en herramientas de alto contenido político e ideológico para el avance revolucionario socialista en este país bolivariano.
De esta forma, el Gran Polo Patriótico Simón Bolívar (GPP-SB) dejaría de ser un botín harto apetecido por las organizaciones político-partidistas del chavismo para obtener ciertas prebendas y nominaciones candidaturales para las elecciones venideras. En vez de ello, es fundamental que todos los frentes y movimientos sociales revolucionarios adscritos al GPP-SB comprendan que su participación, protagonismo y autonomía resultan imprescindibles en el diseño, debate, ejecución, control y seguimiento de las diferentes políticas públicas que se lleven a cabo en los niveles de gobierno locales, regionales y nacionales con la finalidad de darle continuidad y solidez al proceso revolucionario socialista bolivariano. En consecuencia, cada uno de estos frentes y movimientos sociales revolucionarios tendrían una misión cardinal que cumplir, sin limitarse a un simple respaldo al Presidente Maduro, siendo actores pasivos, puesto que su visión particular respecto a la realidad venezolana actual contribuiría en mucho a definir de modo más amplio y democrático lo que deba hacerse para conseguir definitivamente la transición al socialismo revolucionario.
Esto es más que necesario, en vista de mantenerse todavía vigentes las viejas estructuras del Estado burgués-liberal, con todas sus trabas burocrático-representativas que obstruyen, limitan e invisiblizan el protagonismo, la participación, la independencia y la organización revolucionaria de los sectores populares. Esta situación tiene que ser revertida, ya que -de mantenerse intacta- sería inevitable que los grupos de la reacción sigan consiguiendo más niveles de aceptación entre la ciudadanía resentida por la negligencia gubernamental, viéndose frustrada e impotente ante lo que muchos vienen cuestionando (incluso Chávez) desde hace algún tiempo.
Por todo lo anterior, quienes integran el GPP-SB no deben dejar pasar la oportunidad brindada por el Presidente Maduro de ser co-partícipes de su gobierno, ejerciendo una contraloría social suficientemente objetiva y audaz, además de elaborar propuestas viables que beneficien la conformación de un poder popular realmente revolucionario y socialista. Todo ello en consonancia con la necesidad impostergable de darle vida y espacios adecuados (en lo subjetivo y en lo objetivo) a un poder patriótico constituyente, a fin de satisfacer las expectativas populares y trascender el legado del Comandante Hugo Chávez Frías.-
Maestro ambulante
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