No estoy en contra de quien quiera viajar a los llamados “Lugares Santos” del cristianismo. Quien pueda costearse esos viajes, podrá vivir quizá una buena experiencia, así sea en el territorio que le arrebató a Palestina, el Sionismo Genocida, bien “representado” por Benjamín Netanyahu.
Pero imaginen que se me ocurriera hacer una colecta porque quiero viajar al Vaticano a ver al Papa Francisco. ¿Que pensarían ustedes?. Más de uno diría que viaje a costilla de otro tonto o que pida prestado, o que trabaje. Así que alguien, que tal vez tenga dinero vaya a viajar a esos sitios o a “restaurar su salud”, que realmente hace turismo a costa del dinero de la feligresía que plena los templos católicos, me parece una persona muy criticable. Este domingo en un templo de El Limón, Estado Aragua, la misa fue concluída por un caballero que invitaba a la feligresía a degustar comida criolla con el fin de recolectar fondos para que un grupo de adolescentes viaje a Roma a celebrar una reunión de juventudes con el Papa argentino. Me indigné por el tono de la invitación a colaborar con los “alegres viajeros juveniles”, cuando ni siquiera de un tiempo a esta parte puedo costearme un viaje a la Isla de Margarita, gracias a los “remedios” de esos neoliberales que perjudican diariamente a la Revolución Bolivariana como son los doctores Giordani y Merentes. Y de paso, todavía no entiendo CUAL utilidad puede reportar para una comunidad o una nación un viaje a una conferencia de juventudes estudiantiles, religiosas o políticas. Alguien, como dice Don Alberto Nolia, me lo tendrá que explicar “muy despacito” porque no entiendo un carrizo.
¿Saben Uds. cuanto cuesta un “viaje de placer” de esta naturaleza?. Saquemos cuentas: Una visita a un sitio Web como Despega.com informa que un viaje en avión, como muy económico, me saldría en 20296 Bs en American Airlines con 2 o más escalas. ¿Ustedes creen que los viajeros se quedarán solo un día en Roma?. Claro que no, pues para poder aprovechar y viajar a costa de la feligresía y visitar el Coliseo, el Monte Sacro o tal vez las Ruinas de Pompeya además de tomarse fotos de grupos sonrientes, un viajecito de estos de 7 días, podría ser lo mínimo. No he colocado los gastos de alimentación de los adolescentes y sus acompañantes adultos, pero ¿y cuanto puede salir el alojamiento?. El Hotel Arcadia en Roma, de 3 estrellas, ofrece una buena solución por 296 Bolívares al día. Sin embargo, en este momento hay muchos hoteles congestionados por la temporada vacacional. ¿Y que hay del cambio de bolívares a euros?, ¿o es que para estos grupos sí hay "cambio preferencial", a diferencia de una persona jubilada en nuestra Venezuela, a diferencia de Argentina?.
Yo me pregunto, porque también me lo decían un familiar y otro feligrés que encontré en la misa: ¿que clase de comportamiento tienen los “alegres viajeros” con los demás?. ¿Serán buenos estudiantes, rechazan participar en guarimbas azuzados por los adultos?, ¿acaso vienen de familias pudientes?. Alguien diría que tengo envidia porque ningún gobierno o comunidad me ha financiado un viaje, pero todavía quedan otras preguntas, porque ignoro que beneficio trae viajar a Roma a verle la cara al Papa, como ya hicieron otros “alegres viajeros” de los grupos apátridas que detestaron al Eterno Comandante Chávez, tal como hoy hacen con el Compañero Nicolás Maduro. En nuestras comunidades, debido a la indolencia de la "alcalde de corazón revolucionario" como la señora Belkis Prudencia Porte hacen falta más apoyo para quienes están necesitados y solo el ancianato de la zona y una Parroquia no pueden hacer mucho. Entonces, ¿por qué no ahorrarse ese dinero y apoyar a quienes lo merecen realmente, como lo hace en otros lugares el Gobierno, menos en el Municipio Mario Briceño Iragorry que parece que las altas autoridades no saben que existe?. Por mi parte, quien quiera viajar a verle la cara al Papa Francisco, a las ruinas a Pompeya, a Florencia o a donde le de la gana, que lo haga por sus propios medios, pero que no nos vengan a convencer que los viajeros van a ser “mejores católicos” por viajar a nuestras expensas. Ni que fueran sacerdotes en formación.
Hay muchas otras necesidades que atender en nuestras comunidades, me imagino, pero creo que eso no lo saben quienes están pendientes del turismo religioso, que no por ser “bendito” es más económico que el otro, ese que le gusta a los apátridas Maricori, Germán Carrera Damas y Ramón Guillermo Aveledo, especialista en aventuras poco claras con damas de no muy ver y en convencer al Departamento de Estado, de que se necesita una invasión urgente.
Cosas veredes Sancho (¡y las que faltan!)