El hijo de Chávez: ¿entrampado?

Para algunas personas, tanto del chavismo, como de la oposición, Nicolás Maduro está entrampado entre hacer las cosas como su “padre”, Hugo Chávez, y ser él mismo. Es decir, ser el auténtico Nicolás que el país desea conocer. Pero él, en las primeras de cambio, una vez, desaparecido el líder de la revolución bolivariana, se auto-eligió el hijo de Chávez. Lo acuñó en sus primeros discursos, y aún lo sigue repitiendo. Tal vez, en las primeras de cambio, le granjeó simpatías del chavismo. Pero muchos dudan que esta honda siga igual. En todo caso, seguir gobernando bajo el nombre de Hugo Chávez, pareciera no ser lo más apropiado para quien desea convertirse en el nuevo líder del chavismo. A continuación un cuento que leí en algún libro.

Dicen que había un pequeño pueblo en el que vivía un rabino. Todos los habitantes estaban muy conformes con el modo en que el rabino llevaba la vida espiritual del pueblo. Siempre tenía una palabra de aliento o un sabio consejo para darles a los que se acercaban para consultarles.

Sin embargo, el rabino era viejo y estaba claro que pronto moriría. Los habitantes del pueblo se reunieron para decidir  quién sería su sucesor, y todos coincidieron que debía ser el hijo del rabino, que también había estudiado religión, pues ¿quién mejor que su propio hijo para que continuara el legado del padre?

Pronto el rabino murió y su hijo ocupó su lugar. Sin embargo, al poco tiempo el nuevo rabino comenzó a proponer cambios y a dar consejos misteriosos o totalmente opuestos a los que todos creían que habría dado su padre. Los habitantes del pueblo volvieron a reunirse para decidir qué hacer, y resolvieron ir a hablar con el rabino.

Cuando estuvieron frente a él, uno de ellos, hecho coraje, habló:

--Mire, rabino, para serle franco, estamos un poco preocupados con todos los cambios que está haciendo. ¿Sabe qué pasa?, que nosotros lo elegimos porque pensamos que usted era como su padre, pero no es así.

--Se equivocan –respondió el nuevo rabino--. Yo soy igual que mi padre. El no hacía las cosas de otro modo que como el creía que era mejor hacerlas… y yo tampoco.

Pienso que respecto a lo que llaman “entrampamiento” el tiempo estará mostrando las cualidades del verdadero Nicolás Maduro. Chávez, colocó a este hombre a su lado, y lo fue preparando políticamente, poco a poco. Y ante  las circunstancias sobrevenidas, tomó una decisión y la anunció a los venezolanos. Todos recordamos aquellas palabras pronunciadas el 8 de diciembre en Miraflores, antes de partir cargado de proféticos y malos presagios. Para mí, Chávez, como el rabino del cuento, hizo lo que él creía que era bueno para su pueblo. Lo hizo con ahínco, con pasión y sabiduría. Nicolás Maduro, está haciendo lo que él cree que debe hacer.

Es cosa de tiempo, tal vez más temprano que tarde , para que deje de gobernar bajo la sombra de su antecesor y surja el verdadero Nicolás que el pueblo venezolano espera: con un discurso propio, que llegue a las mentes y corazones de los chavistas y no chavistas. Con decisiones firmes y coherentes. Con acciones incluyentes, más allá, inclusive, de las que realizó Hugo Chávez Frías. Nicolás Maduro tiene, por delante, un gran reto: frenar el crecimiento de la oposición. Trayendo al redil aquellos que han desertado, y captando oposicionista que han estado confundidos. Tiene que construir una simbología propia, y un mensaje coherente que llegue a todos los venezolanos, sin desmedro del legado de su mentor. En fin, el pueblo es sabio, y sabrá valorar,  entre lo que hizo el rabino del cuento y lo que está haciendo su hijo.

teofilo_santaella@yahoo.com



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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

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