¿Por qué Maracaibo?

Dentro de los retos más urgentes que se le presentan a nuestra revolución en lo inmediato está el fortalecer y evaluar sus dos principales frentes de lucha o partidos (PSUV y GPP). No solo para convertirlos en verdaderas herramientas electorales sino, y sobre todo, para convertirlo en verdadera expresión revolucionaria, como metodología de trabajo científico y fuerza ideo-política para la construcción de la nueva sociedad, de las nuevas relaciones sociales, económicas y culturales. En definitiva para alcanzar el objetivo mayor de erigir el Hombre Nuevo, como expresa y reiteradamente lo anunciaba nuestro Eterno, y siempre Presente, Hugo Rafael Chávez Frías (por supuesto citando al Che).
En lo personal, y por el ámbito donde me toca interactuar (o inter-rabiar), honestamente, puedo decir que actualmente pasa lo que siempre pasa cuando, por comodidad o por no querer empeorar lo que pasa, se dejar pasar lo que realmente pasa y re-repasa. La falta de presencia, de supervisión, evaluación o, como lo diría el Eterno, la falta de las 3R (Revisión, Rectificación y Reimpulso) es la principal causa que hoy tengamos el partido que tenemos y que tengamos precisamente los retrocesos políticos-electorales en Maracaibo.
¿Qué partido tenemos en Maracaibo? Precisamente un partido que a pesar de sus traspiés insiste en sus 3R (Reciclar, Reutilizar y Reducir). Esta ecologista estrategia que ha venido Reduciendo nuestro partido en cada vez más pocas manos, no ha hecho sino Reutilizar y Reciclar no solo los mismos actores sino, y lo que es peor, sus mismas desviaciones y vicios del pasado. Procurando el Lampedusiano esfuerzo de que todo cambie para que todo siga igual.
Nuestro partido (y disculpen el ejemplo) como cualquier moribundo y mala suertudo paciente impaciente espera que su doctor termine de encontrar en los pétalos de una margarita la decisión de si intervenirlo o no, esta falta de tratamiento por la poca corajuda margarita es la que nos tiene como estamos. Los síntomas son más que diarios, un gran malestar rechina en la mayoría de los Equipos Parroquiales de nuestra ciudad.
La plena hegemonía que se le ha procurado y garantizado a las Coordinaciones de Organización ha sido la suficiente para aflorarles conductas escalofriantemente anti-revolucionarias. La plenipotenciaria manera como algunos, inclusive de la manera más malderábica, han terminado por sepultar la sana concordia y uno de los principales requisitos y retos que enfrenta cualquier partido que, realmente, se precie de izquierda: la horizontalidad y la humildad revolucionaria. Incluso, para no llegar al lacrimógeno romanticismo de los Anarquistas más furibundos, podría esperar y apoyarlos si estos sujetos y sujetas, por lo menos, estuvieran realmente formados y con clara naturaleza y convicción revolucionaria.
En buena parte de las 18 parroquias de Maracaibo (por eso de que la excepción hace la regla) la militancia del PSUV, los Consejos Comunales, etc. se hallan aislados de los Equipos Políticos del PSUV. Buena parte de este divorcio precisamente se debe a razones más de irracionalidad que políticas (Todo lo racional es Ideológico… Habermas). Podría aceptar, sin mucho tragar saliva, las tendencias, los intereses ante determinados candidatos y candidaturas o, hasta, lo del “pato y la guacharaca”, si con ello se dejara evidencia lo que realmente nuestras convicciones ofrecen y se enorgullecen de plantear a nuestra sociedad. Posturas éticas, revolucionarias o, por lo menos, políticas muy distantes de nuestro oscuro pasado.



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Waldo Munizaga


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