Nueva York, ONU. La llamada izquierda moderna venezolana, al decir de la ex Miss y actriz Carolina Perpetuo “es progresista, no caudillista ni militarista ni autocrática (...) A los que lo apoyamos (a Chávez) nunca nos hablaron de cubanización ni de socialismo, ni de este tipo de represión. La filosofía del uniforme no la comparto” (Ultimas Noticias, 25-09-05, Chévere, página 3). Responde así la Perpetuo al por qué ya no apoya al Presidente Chávez.
Antes escuché decir a periodistas y políticos de oposición que el discurso del Presidente Chávez en la Organización de la Naciones Unidas (ONU), fue vergonzoso. “Que pena con esos señores de la ONU. Qué vergüenza, Dios mío”.
Y me pregunto yo, y a Carolina y a todos los “modernos” izquierdistas, qué cosa es la izquierda sino el discurso del Presidente en el ONU. Qué cosa es la izquierda si no defender y trabajar por la justicia social. Qué cosa es, si no trabajar por los pobres. Qué cosa es, si no irreverencia y valentía para exigir un trato de igual para todos los países del “concierto de las naciones”. Qué cosa es, sino denunciar el genocidio ideado, planificado y ejecutado por Bush en Irak. Qué cosa es, si no dedicar los ingentes recursos provenientes de la renta petrolera, a saldar la gigantesca deuda social que tiene el Estado con los pobres de Venezuela.
Fue un discurso memorable, duélale por igual a Petkoff o a Pinochet. ¿Quién es moderno? ¿Quién es justo? Los “modernos izquierdistas”, la “izquierda democrática”, “la nueva izquierda”, coinciden ellos sí, vergonzosamente con la reacción. Coinciden con la ultraderecha.
Caracas, VTV. Cuando a Walter Martínez le entregaron este año Premio Nacional de Periodismo por tercera vez y consecutivo, comenté que si el mencionado periodista decidía probar suerte en el Miss Venezuela, capaz que ganaba. Ganó con su página de opinión en Ultimas Noticias en el año 2003, el 2004 ganó con Dossier Radio y el 2005 con Dossier Televisión. O es el mejor y más versátil periodista venezolano o los jurados de estos años tienen la mirada corta. Es tan fastidioso como la dictadura de los Yanquis en las Grandes ligas, o la de Schumacher en la Fórmula 1.
Recordaba esto cuando se formó el escándalo televisivo, últimos best séllers mediático, al lado del hato La Marqueseña. Martínez dijo en su programa Dossier, trasmitido por VTV, que estaba “harto” de quienes “se ponen una boina roja para robar, de quienes juegan al chavismo sin Chávez y de los corruptos que, a la final, lo que van a hacer es entregar la cabeza de Chávez cuando venga un nuevo intento”.
A Martínez le pidieron retractarse. Y me pregunto sobre qué. ¿Será que no puede estar harto? ¿Será que nadie se pone una boina roja para robar? ¿Será que aquí no se juega al chavismo sin Chávez? ¿Será que no hay corruptos?
El MCI emitió un comunicado poco claro, porque ¿quién se sintió aludido? ¿O quién tan ofendido? Y si es lo segundo, ¿ante qué nombre y apellido tiene que retractarse Martínez? Hasta donde se sabe, no acusó a nadie. Opinó sobre una situación. Y se ganó, precisamente, el Premio Nacional de Periodismo 2005, por opinar. Sin duda sabrá que hacer.
El Presidente Chávez intervino y se enredó más todo cuando remató con un “si yo hablara”. ¿Cuándo sabremos el guión completo? Esta novela aun no termina. Pero le falta un buen director.
mechacin@cantv.net
Esta nota ha sido leída aproximadamente 9244 veces.