Ya gracias a Dios y al presidente Nicolás Maduro varias mafias están encarceladas, entre esas las del Instituto para la defensa de las personas en el acceso a los bienes y servicios (Indepabis), por eso esta vez no diré nada, ni mucho menos voy a meterme ni a referirme a su ex presidenta. Quien debería preocuparse por explicarnos como en su pueblo natal Canaguá, un municipio de los Pueblos del Sur del estado Mérida es conocida como la Familia Real Cerrada.
Por eso quienes no se percataron del acaparamiento generaron con su ineficiencia una voraz especulación que ha puesto en peligro la estabilidad de la patria. Muchos ignoran que en nuestro país las cosas cambian de un día para otro, pero hacia un escenario inapropiado.
Pero bueno, en algunos organismos aún escasean iniciativas, muchos ni se ponen de acuerdo para elaborar el mapa de la especulación e ir tras los irresponsables que están desviando los productos de principalísima necesidad hacia zonas las zonas fronterizas del país, como es el caso de los bachaqueros del estado Zulia.
Con esto se ha buscado establecer la consolidación de un permanente foco de perturbación. Así se van consolidando toda la cuerdita de bichos raros que pululan en la derecha nacional.
Pero tratemos de no apurarnos, esto pudiera hasta sonar a cosas de comiquitas. Muchos creen que la derrota de un gobierno es parecida a la fábula de la caperucita y el lobo, mientras que no se dan cuenta que muchos lo que van es trasportados en la barca de Caronte.
Los que andan en el cuentico de las manzanitas lo creen tanto que permanecen prolongadamente en el capítulo donde la inocente niña se escapa una y otra vez de las fauces del horrendo animalito, muy parecido al perrito Cancerbero.
Los que negocian entrando y saliendo a cada rato del infierno creen que la barca les va durar toda la vida. Quienes ponen en riesgo al país están encapillados tras el nombre de la revolución bolivariana y arropados con el rojo puta y han apartado fuera de sus conciencias el rojo bolivariano.