Aunque dicen que la mejor manera de ocultar algo es ponerlo a la vista de todos, ha quedado al descubierto que los monigotes esqueléticos de cartulina que aparecieron colocados en diferentes sitios de Caracas y Maracaibo corresponden al autorretrato que se hizo la oposición para mostrar ante el país las cadavéricas condiciones en que hoy se encuentra. Es decir, se autolanzaron un fulminante: ¡Recojan su gallo muerto!
Según el diagnóstico de muchos analistas políticos, estas famélicas figuras retratan escrupulosamente a los oposicionistas y demuestran que de ellos sólo subsiste el enclenque hueso pelado. Sin embargo, la oposición continúa sin reconocer que no tiene un hueso bueno y sano con el que se pueda hacer por lo menos un llavero, ya que el pueblo, voto a voto, ha ido mermando su fibra electoral de manera contundente.
Tal es el grado de postración e inanición en el que se halla la oposición, que carece del músculo necesario para mover el esqueleto, y por más que se tongonee siempre se le ve el bojote (de huesos). Los raquíticos resultados obtenidos en los comicios regionales y municipales, revelan la preocupante flacura electoral que ha desgastado a los opositores. Además la escualidez de sus recientes movilizaciones permite determinar que la oposición sufre de una osteoporosis grave, que está destruyendo mortalmente sus entrañas y amenaza con fracturar y pulverizar las débiles y maltrechas estructuras internas que a duras penas subsisten de la extinta CD.
Antes de concluir, queremos examinar algunos aspectos que consideramos también importantes. Uno es que el contacto con todo lo que provenga de la oposición resulta totalmente contaminante y tóxico. Verbigracia, los cadáveres insepultos de Henry Ramos Allup, César Pérez Vivas, Felipe Mujica, Enrique Mendoza y Carlos Ortega, entre muchos otros, cuyos huesos inconvenientes no encontraron la paz y el sosiego de un circuito electoral donde poder enterrar sus esqueletos suplicantes de un votico.
Otro aspecto interesante, es que, según fuentes oposicionistas, uno de estos figurines aparecidos en Caracas y Maracaibo se asemeja a Pedro Carmona Estanga. De ser cierto esta información, la doctora Cecilia Sosa tendría la excelente oportunidad de hacer realidad su sueño de verle el hueso al ex dictador. No obstante, parece de mal gusto que los oposicionistas necrofílicos hayan mostrado al público los monigotes cadavéricos de sus dirigentes. Creemos que, antes que colgarlos en puentes y pasarelas, debieron mostrarlos en privado o en familia. Por ejemplo, la plaza Altamira y la quinta La Unidad, son lugares excelentes para exponer estos retratos hablados de los cadáveres sin inhumar de la IV República. Por esto muchos oposicionistas comentan que la reunión que Patricia Poleo, Antonio Ledezma y Oscar Pérez sostuvieron recientemente con monseñor Rosalio Castillo Lara era para solicitarle que le diera la irreversible extremaunción a la cadavérica oposición.
Lo que ya nadie discute es que los monigotes cadavéricos por la oposición necrofílica esclarecieron que sus dirigentes no son de carne y hueso, sino que son como los zapatos de Manacho: de cartón. Son de cartón, de cartón. Ante esta terrible realidad a la oposición de cartón o cartulina con semblante norteño, sólo le queda el duro consuelo que el huracán Katrina les reveló en Nueva Orleans: su papá Bush y EE UU son tigres de papel. Sólo nos queda preguntar: ¿Esta aproximación del papel con la cartulina es pura casualidad?
(*)Periodista
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