En la década del sesenta, a parlamentarios del MIR y PCV, se les allanó con votos del puntofijismo, AD y COPEI, y se les encarceló, sin juicio alguno. El allanamiento mismo se derivó de acusaciones de carácter político, que lejos de avergonzarlos elevaron el prestigio y admiración por aquellos dirigentes. Fue primero la etapa de cuando Betancourt ordenaba “disparar primero y averiguar después” y luego Raúl Leoni, con las desapariciones de opositores, ejecutadas por la policía política, infiltrada por la CIA.
Producido el alzamiento de Carúpano, encabezado por Jesùs Teodoro Molina Villegas y Víctor Hugo Morales, entre otros oficiales revolucionarios, se detuvo en aquella ciudad, en pleno desarrollo de los acontecimientos, al dirigente obrero y del PCV Eloy Torres, a quien, por ese motivo, se le allanó la inmunidad e inmediatamente enviado a prisión. Por cierto, fue uno de los tantos venezolanos que fueron a parar al campo de concentración de la Isla del Burro, en medio del lago de Valencia. Lo que nos lleva a recordar que el puntofijismo tuvo tantos presos políticos que creó, algo que pareciera insólito en una “democracia”, campos de concentración, como los tuvieron Gómez y Marcos Pérez Jiménez y Adolfo Hitler.
En ese entonces, se produjo un hecho singular. Al diputado Simón Sáez Mérida, del MIR, se le acusó de haber participado en el alzamiento militar en la ciudad oriental antes mencionada, por lo cual el gobierno solicitó le allanasen la inmunidad. En esos días AD se había vuelto a dividir, habiendo surgido el partido PRIN, liderado por Raùl Ramos Jiménez, por lo que el puntofijismo perdió la mayoría en la Cámara de Diputados.
Pero en aquel momento el Congreso estaba en receso y funcionaba la Comisión Delegada, controlada por el oficialismo, por lo que éste solicitó el allanamiento. A dicha comisión le quedaba un poco más de una semana de funcionamiento. Además, para aquella época no había limitación en el tiempo para las intervenciones de los oradores. Lo que permitió a quienes del bando opositor intervinieron, entre ellos los acusados, que lo fueron, además del nombrado Simón Sáez y Guillermo García Ponce, hablar hasta el cansancio para que el tiempo de sesión que quedaba a la “Delegada” se agotase, sin decidir nada al respecto. Por días, el país estuvo en tensión esperando lo que allí se decidiese y hasta midiendo el tiempo que utilizaba cada orador.
En esas sesiones, los acusados, hablaron por días, estableciendo un record nacional e internacional. Quien más tiempo utilizó en aquella inusual intervención fue el mirista Sáez Mérida, quien llegó a leer largos documentos y capítulos de varios libros “con la venia del señor presidente”, funcionario sin bases legales para detener aquello.
De igual manera, sin bases jurídicas y hechos menos subversivos como en los que ahora incurre la oposición, el señor Betancourt declaró ilegales a los partidos MIR y PCV y ordenó la detención de los diputados y senadores de esos partidos, sin que mediase el trámite del allanamiento. Por cierto, el diputado Cástor Torres, representante del Estado Aragua y perteneciente al MIR, se mantuvo asilado en el Congreso mismo por varios días, hasta que al fin pudo salir clandestinamente, aunque no duró mucho su libertad.
También fueron allanados por el puntofijismo, por razones políticas y hechos nunca probados y enviados a la cárcel por buen número de años, los diputados Salòm Meza Espinoza, del MEP y Fortunato Herrera, de URD, acusados de cómplices del secuestro de William Niehouse, alto ejecutivo de una empresa norteamericana dedicada a la fabricación de vidrio. Los dos diputados siempre negaron tales acusaciones, nunca probadas, porque ambos sólo servían de intermediarios para que el secuestrado fuese entregado. El segundo de los nombrados, Fortunato Herrera, educador, quien por años trabajo conmigo en un liceo de Puerto La Cruz, siempre mantuvo esta versión. No obstante, fueron allanados y pagaron con cárcel un “delito” nunca cometido.
Es necesario resaltar, que los allanamientos del puntofijismo contra la izquierda, que fueron varios, estuvieron motivados en razones puramente políticas, no por actos de corrupción como el de ahora.
Para terminar esta pequeña historia, vamos a recordar el también singular acontecimiento relacionado con David Nieves Banchs, nuestro cónsul en las islas Canarias, quien ahora mismo está quebrantado de salud y por quien, motivado a los largos años de amistad que hemos tenido, aún dentro de grandes dificultades y riesgos, deseamos con fe se reponga.
David estaba detenido por razones puramente políticas; el gobierno y el Estado de entonces, no lo había ni siquiera acusado formalmente de nada porque no tenía elementos pertinentes. Sólo tenían contra él, cosa difícil de probar que era militante o dirigente de la Liga Socialista, entonces en la clandestinidad y ligada a la lucha armada, lo que además pareciera ser algo difuso.
Por su estado pues, podía perfectamente participar como candidato en las elecciones que se avecinaban. En efecto, se le inscribió como candidato a diputado por Caracas resultando electo. Aquel dictamen popular, al ser proclamado, lo invistió de inmunidad, por lo que el gobierno puntofijista, en contra de su voluntad, se vio obligado a “respetar” sus reglas y ponerle en libertad.