Ministra, de seguro los toros coleados no van al cielo; van al matadero

UNO

Me agrada mucho la ministra del Poder Popular para el Deporte Andreina Benítez pero creo que se ha echado una pelada. Extraña mucho que una deportista dorada pueda estar de acuerdo con incluir los toros coleados en los juegos Deportivos Nacionales y catalogue de deporte una actividad tan salvaje y cruel como eso de agarrar por el rabo a los pobres e indefensos animales de cuatro patas y tumbarlos e infligirles toda clase de maltratos. A estos bovinos les desprenden el rabo, le parten los cachos y sufren heridas de toda clase y luego marchan tranquilitos al sacrificio. Una vez y eso cuando niño, fui a ver semejante espectáculo y no me quedaron ganas de presenciarlos ni una solita vez.


DOS

Solo recuerdo un cornamenta partida y un lastimero lamento. No entendí jamás como tanta crueldad fuera celebrada por personas que se llaman seres humanos. Costumbre bárbara que nos quedaron como una herencia cruel de “nuestros descubridores”, junto a la sífilis, la espada, la cruz y la blenorragia, y para más ñapa nos dejaron también las corridas de toros, afortunadamente prohibidas por el comandante gigante. Quedando el Nuevo Circo como sitio cultural de encuentro y de practicas de payasos, malabaristas y otros artistas del circo.


TRES

Uno de mis cuñados tenía un caballo muy caro, carísimo para practicar lo que la ministra llama olímpicamente “deporte nacional” y lo llamaba “Texas” – al caballo --. Siendo rico de cuna, traía las camisas, los “vaqueros” y las botas de Houston y no le faltaba su consabido sombrero tejano gringo original. Vaya que se divertía el tipo, tumbando a las nobles bestias. Había un famoso caballo de comiquita de TV y yo lo bauticé “Tiro Loco”, cuestión que no le hizo mucha gracia a tan gringuizado familiar. Tenía varios cuadrúpedos y se gastaba una fortuna en mantenerlos. También tenía la más grande colección de películas de vaqueros y sus ídolos favoritos eran John Wayne y Clint Eastwood. Creía que lo pantalones vaqueros lo habían inventado los Cowboys, pero lo desilusioné cuando le conté la verdadera historia de los pantalones de mezclilla (bluyines) – Fue un minero polaco llamado Levi Strauss –


CUATRO

No me extrañaría que los toros coleados hayan sufrido una transformación y sea un derivado de lo que lo yanquis llaman rodeo – donde le atan a los animales los testículos con un rejo tejido para que se muestren más bravos y agresivos, también le queman la piel con un hierro al rojo vivo para pasar a ser propiedad privada. – No es el jinete lo que lo hacen saltar con bravura; es el método salvaje que utilizan los cowboys --. El otro deporte que va a agregar la ministra a los juegos nacionales es el dominó. Así que veremos las tremendas barrigas consumir galones de cerveza, posiblemente Polar. El único problema que le veo es rebajar las grasas para ver si caben en las mesas de juego. Por cierto: ¿Es el dominó un deporte o un juego? Afortunadamente no se sacrifica ningún animal aunque siempre corre usted peligro mí querida Andreina, que le ahorquen la cochina. Tránquele el juego, a los toros coleados, Ministra, el dominó y las bolas criollas bien pueden pasar. Aunque es mejor dejar las cosas como están.


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Antonio Fernández Lunardi


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