A través de lo que se ha vivido del Siglo XXI se va consolidando una Latinoamérica como un territorio de Justicia y Paz. Se espera que otros vean mediante la observación de 2do. Orden, lo que otros no se atreven ver. Quizás una mayoría relativa no alcanzan ver, lo que está en juego y lo que se pretende hacer. De tanto conocer la guerra; donde se pierde la vida, se gana el atraso, el dolor y la miseria. Ya eso se conoce y se sabe cómo actos antipatriótico envilece el alma y disminuye las posibilidades de alcanzar la Felicidad Suprema. Es más significante lo común, porque une, mientras que la diferencias separa y esto hace, que el lodo de la miseria humana evita que se ilumine el camino, que conduce hacia la verdad.
En los momentos de crisis, los pueblos miran hacia adentro, buscando optimizar los recursos y tratar de evitar que una variable exógena, dé al traste con el objetivo de vida. Es el momento, donde los errores se hacen más visibles y puede ser causas de desavenencias, porque las carencias, afloran las sensibilidades y sí se magnifica, se exacerba lo emocional y se nubla lo racional. La crisis existe, no se ve; pero se oye y en consecuencia se siente. Recientemente, en un acto popular de asesoría legal una 66% de los casos, eran por divorcios. Lo más impresionante, es el lenguaje que se utilizaba para justificar el acto, descalificando al contrario y la mayoría de los casos, se hablaban del padre o madre de los hijos concebidos.
Al hacer una reflexión de las motivaciones que tiene un ser humano, que en forma deportiva descalifica al contrario, desvinculándose del origen de esa relación, que no es otra cosa que el amor y la esperanza de consagrar una familia. También, se observado, que en la política, sucede lo mismo; construir una Sociedad, donde la mayoría o todos, logren la Felicidad Suprema. Sin embargo, cuando se refiere al contrario, prevalece la descalificación. Al analizar la convivencia familiar, con la convivencia política, en ambas, los individuos se unen para construir una organización. Donde lo común, es la individualidad, se requieren recursos, tolerancias, equilibrios y otros, que hay que dirimir. Se puede inferir, que para lograr una familia o una organización política exitosa, se requiere considerar múltiples variables, que para el ciudadano común es difícil de interpretarla y aplicarla.
¿Cuantos se jacta de dominar la política y se creen con capacidad de descalificar al contrario? Descalificación van y vienen. El objetivo de ambos, es convencer al oyente, quien es el mejor y por quien debe de votar. Como si el oyente fuese un lerdo o sordo e incapaz de analizar lo que se pretende. La mayoría de las veces, no se sabe quién dice cosa en el camino de la verdad. Se utilizan comúnmente conceptos impregnados de variable cualitativa y alejada de lo verdadero. Y para complementar: un oyente, con una sospechosa forma de interpretarla, muy desligado de la realidad. Ya que son muchos los empresarios, estudiantes, políticos, médicos, ingenieros y otros, que se atreven a decir en privado, que ahora, ganan más que en el pasado. Son incapaces de ayudar a la Sociedad a aproximarse al camino hacia la verdad.
Para el lector que sigue, este escrito, puede deslizar una pregunta obvia: ¿Cómo se sabe, quien dice lo verdadero? Sin duda alguna, es muy difícil. Como prueba, en cualquier relación familiar u organización política, se corren altos riesgo de altibajos en la relación. Sin embargo, la praxis indica, en el caso de la familia: si los integrantes provienen de familias bien organizadas, son menos los riesgos y las desavenencias. En caso de una organización política, es similar. Si los líderes de las organizaciones, practican la ética, los principios y las buenas costumbres. Son pocas las posibilidades de riesgos a actos corrosivos.
Desde el punto de vista político, cualquier persona que decida a participar en una organización política. Debe de leer los antecedentes de la organización. Toda organización está conformada por gentes y de acuerdo a los comportamientos individuales, la organización adquiere personalidad jurídica y el comportamiento de la organización es la síntesis del comportamiento de todos los integrantes « actuar en pensamiento colectivo» Así como la familia entra en crisis, de igual forma, las organizaciones políticas viven de crisis en crisis. Por lo tanto, toda organización debe de considerarse como un ser viviente, que puede enfermarse, acomplejarse, aumentar o disminuir la autoestima y otros.
En pleno Siglo XXI, están surgiendo nuevas variables y valores emergente, que el líder no solo debe tener condiciones de liderazgo, sino también la suficiente capacidad para interpretarlas. Y si siente honestamente, que no tiene la capacidad interpretativa, debe de codearse con alguien quien tiene esas capacidades. Esto me lleva a reflexionar, sobre el comportamiento de las Industrias Venezolanas del Siglo pasado. Cuando querían renovar la plantilla organizacional, buscaban a profesionales Suman Cum Laude, dándole la mayor responsabilidad y participación en la toma de decisiones. Esto le ha costados a la Industria, perdidas de grande suma de dinero y de hecho, ha traído como consecuencia que las industrias venezolanas y por ende en el país, se presentan una alto nivel de deterioro económico. Y en consecuencia, un alto porcentaje de lo más granados de los profesionales, se encuentran fuera del país y un grupo apreciable, en actividades que requiere ser analizadas.
En los actuales momentos, se intentan tímidamente de generar un nuevo liderazgo. El caso, no es ir al otro extremo. Sino, hacer una revisión no solo del contenido programático en la formación académica del profesional, sino también, de analizar qué es lo que le falta, para alcanzar un nivel de desarrollo integral, que permita construir en este lugar del mundo, profesional proclive a que impere la Justicia y la Paz. Esto se logra, mediante la selección de líderes potenciales, seleccionado para dirigir las actividades públicas y que dé ejemplos, es decir: líderes que no se descalifiquen y que tenga la capacidad de trabajar con el opositor, en un ambiente de equilibro, como razón única para lograr una Latinoamérica de Justicia y Paz.