Si el poder se transfiriera hace rato el pueblo fuera poder, basta enumerar y analizar la cantidad de leyes que durante 14 años de revolución se han promulgado desde la instituciones del estado, dígase Asamblea Nacional y Ejecutivo Nacional, todas con la finalidad de transferirle poder al pueblo, y este se queda en buenas intenciones, enunciados y enormes cantidades de papel escrito compilados en folletos, revistas libros y sobre todo en el discurso cotidiano en radio prensa y tv del protagonismo popular. El ejemplo palmario de esta realidad lo constituyen las leyes del poder popular como la Ley orgánica del poder popular, la ley orgánica de planificación publica con el poder popular, ley orgánica de las comunas, ley orgánica de contraloría social, ley orgánica del sistema económico comunal, ley orgánica de consejos comunales, y la ley orgánica del consejo federal de gobierno; todas estas en su artículo 1 definen como su objeto el desarrollo y consolidación del poder popular para el ejercicio pleno de la soberanía, y la democracia protagónica y participativa en el ejercicio directo del poder.
¿Que mas “transferencia de poder” que lo contemplado en estas leyes?, No obstante, camaradas, el poder sigue detentado por grupos políticos y económicos que se constituyen en una clase social que goza del usufructo del trabajo de la mayoría, de su dominación política y alienación cultural. Ante esta situación, el poder del pueblo es la expresión de una fuerza real, organizada, que se opone a estas formas de dominación y que se construye desde las luchas cotidianas por la vida y la justicia social, y no una especie de activo que desde una transferencia institucional (Ministerio, Gobernación, Municipio Alcaldía) llega al haber del pueblo.
