Señor Presidente Nicolás Maduro Moros, no sé disparar ni una pistolita de agua de esas que en un principio esta revolución prohibió para no darles malos ejemplos a nuestros niños, pero después se les olvido a muchos, seguro cuando quedamos sorprendidos al ver nuestros funcionarios militares terciados con un fusil custodiando una calle céntrica de nuestro congestionado país.

Esos fusiles son necesarios, pero no para andar con ellos como si estuviéramos en un campo abierto de tiro y menos pensar que las calles del país son un polígono, cuando lo que están es inundadas de ciudadanos.

Mire Presidente el 9 de agosto de 2013 usted salía reseñado para el mundo entero con una noticia donde se destacaba desde una zona popular de la capital, Caracas, destruyendo 100 armas de fuego, entregadas por un número de 90 grupos o colectivos armados.
A todas luces y análisis resulta una buena noticia, pues mientras más se destruyan estas armas, menos crímenes podrían suceder, aunque los resultados parecieran indicar lo contrario, pues maléficamente las armas se reproducen, hay muchas y los verdaderos traficantes, importadores de este material bélico, pues hasta ahora no he visto el anuncio por ninguna parte que les hayan capturado o acertado sendos golpes que permitan la desarticulación de estas poderosísimas mafias internacionales, quienes operan inmisericordemente a todo lo largo y ancho de nuestro país.

Pero este no es el análisis ni la noticia que convocan estas letras en torno al tráfico de armas. Lo que me interesa decirle, es que en el acto dado en el Barrio 23 de Enero lo que más destacó fueron los 90 grupos armados quienes le entregaron 100 armas de fuego.
Eso me parece la más grave de todas las estupideces juntas y me pregunto quién asesora al presidente de la república o quienes lo meten en estas actividades que intentan trasformar en tremendos hechos noticiosos.

Como es posible que 90 grupos armados entreguen solo 100 armas, ósea que de estos colectivos, diez de ellos entregaron solo dos armas y el resto cada uno puso una pistolita de las muchas o cientos que tienen y que conforman un parque tan grande como el de las principales comisarias del país.

90 colectivos armados hasta los dientes, quienes se catalogan defensores de la revolución los cuales no le aportan nada al país, sino terror, miedo, venganzas y cuantas cosas horribles se les ocurran, no están ni inscritos dentro de ninguna propuesta o plan político, menos militar, pero si están armados hasta los dientes.

Yo me pregunto, ¿qué clase de grupos o colectivos son estos que entregan una solitaria pistolita?

Miren, esto puede ser utilizado por la oposición nacional e internacional para que seamos el hazmerreír, es decir, diariamente y a cada momento cometemos una payasada más y de paso lo reseñamos a todo color y le damos el centimetraje y análisis necesario como si la gracia fuese gloriosa y lo que estamos es poniéndola una vez más.

Presidente, cuidado con quienes lo asesoran, no nos haga creer lo que acaba de decirnos Alberto Nolia, que los patiquinsitos, y yo le incluiría los de la Conarepol, son unos burguesitos de la Escuela de criminología de la Universidad de Los Andes en Mérida, quienes saben de grupos armados y de bandas lo que yo sé de las Pléyades que hace poco acaban de surcar la atmosfera.

Presidente, cuide lo que dice en sus discursos, como nos comemos su anuncio que ahora las armas no pueden estar en manos del pueblo, acaso pretende cambiar el concepto de lucha histórico internacional, mire que todas las revoluciones que conozco y he estudiado radican su defensa y protección en las armas de la república pero con un importante número de ellas en manos del pueblo.

Mire que hasta ahora en el flagelo que usted más combate, nadie lo ha visto señalando la captura de los grandes capos de las mafias internacionales que operan abiertamente en el país, quienes sí son los que trafican y tienen controlado el mercado de armas por toda la nación.

Acaso usted no se pregunta quiénes y cómo movilizan la cantidad de armamento y munición por todos los rincones y puntos cardinales de esta nación. Revise la salida hacia el Océano Atlántico por Pedernales en el Delta. Las fronteras por los estados Bolívar, Amazonas, Apure, Táchira y Zulia, arden en armas y municiones de todos los calibres, allí es más fácil conseguir una pistola que cualquiera de los productos de la cesta básica que a cada rato esconden los especuladores.

Presidente, ¿dónde está el Sebin, el CICPC, la DIM, acaso existen? estos organismos no fueron reestructurados hasta el cansancio, escuche las informaciones y experiencias de muchos de estos funcionarios quienes si saben muy bien cómo se bate el cobre en el mercado negro de las armas de fuego de todos los calibres.

Finalmente, Señor Presidente Nicolás Maduro Moros, soy uno que al igual que muchos me hace sentir tan feliz que tengamos una oposición tan ridícula e imbécil, inicua, eunucos, tonta, gafa y boba, tan felizmente estúpida, pues en otro país ya nos habrían destruido en todas las formas que más se les hubiesen antojado.

Respetuosamente,




Miguel A. Jaimes N.
venezuela01@gmail.com
@migueljaimes2
Skipe: migueljaimes70
Para: www.aporrea.org
Agosto 11 de 2013