Las deficiencias en los servicios de salud pública en nuestro país son una realidad que no podemos negar, como tampoco se pueden desconocer las cuantiosas inversiones en equipos y en recuperación de instalaciones de salud por el gobierno, así como que el ejercicio de la medicina privada se ha convertido en un negocio tan lucrativo en el que muchos médicos privados terminan percibiendo ingresos que en muchos casos rondan entre 90 y 180 salarios mínimos.
Cuantiosas han sido inversiones que en el área de oncología ha realizado el gobierno nacional sin poder alcanzar los niveles de eficiencia y de cobertura que el pueblo requiere en tan importante servicio. Ciertamente los servicios de salud privada, clínicas, ofertan un mejor servicio en esta materia, caben las preguntas: ¿cuál es el costo de servicios de radioterapia para un paciente con cáncer en cualquiera de estos centros y cuántas personas realmente pueden cancelarlo?, ¿cuántos de estos pacientes oncológicos atendidos por estos centros de salud privado gozan de cobertura de pólizas de seguros incluidas en sus contratos colectivos, y finalmente cubiertas por el Estado que en muchos casos es su empleador?
Los mismos médicos que atienden “a cuerpo de reyes” a sus clientes en servicios privados, terminan en la mayoría de los casos, asistiendo a los centros de salud pública a cumplir un horario, casi siempre haciendo el menor esfuerzo y tratando de “captar” nuevos clientes que podrán atender en sus consultorios privados, para así engrosar sus ingresos mensuales.
Los médicos en nuestro país siempre han cursado sus estudios en universidades públicas, antes de la Revolución y después de ella, así que esta formación no tiene costos para los individuos y sus familiares; no obstante, los médicos que se dedican a la medicina privada, perciben honorarios tan astronómicos que el pueblo de menores recursos nunca tiene la posibilidad de recibir los servicios tan costosos de los médicos privados ofertan al mejor postor.
Una de las áreas donde la revolución ha hecho grandes esfuerzos es en la de formación masiva de médicos integrales comunitarios como una manera de darle respuesta al pueblo más necesitado y con menos posibilidades económicas. Los números son sorprendentes y sólo con el apoyo de la Revolución cubana, siempre al servicio de las mejores causas de la humanidad, el gobierno venezolano hoy puede mostrar avances significativos en esta materia.
Aún queda mucha tela por cortar y mucho camino por recorrer en lo referente a la adecuación del modelo de salud pública a las necesidades de nuestro pueblo, para avanzar al sistema de salud donde se le brinde al pueblo “la mayor suma de felicidad posible”, ideal que impulsó nuestro Comandante Eterno.
Carlos Luna.