El golpe avanza aceleradamente

¡Alerta Venezuela! ¡Alerta Maduro!

Oído al tambor: los apagones eléctricos tienen su razón en los quinta columnistas que están enquistados en nuestra industria eléctrica, y que obedecen a los intentos desestabilizadores y golpistas que están en marcha. Sencillamente es un saboteo, que persigue crear una situación de ingobernabilidad total. Lo que acontece con el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi) tampoco es casualidad. Este organismo, adscripto al Banco Mundial ha demandado al Estado Venezolano por las expropiaciones ejecutadas en el 2007, bajo nuestras leyes, a la empresa estadounidense Conoco Phillips, así como a otras. Es un ataque a nuestra industria petrolera, tal como lo están haciendo lo lacayos con la industria eléctrica.

El imperio estadounidense, y sus empresas explotadoras, creen que está viviendo en la misma época en que ellos hacían y desasían en este país. Era la época en que se llevaban nuestra riqueza, en especial el petróleo y el hierro a precio de gallina flaca, sin que hubiera gobierno que defendieran los intereses de la Nación. Era la época en que ellos, a través de sus títeres aquí en el país, se pagaban y se daban el vuelto. Pero llegó el Comandante, el 4 de febrero, y mandó a parar. Y, además, mandó para el carajo a los militares gringos y a las transnacionales les hizo pagar lo que debían pagar por las regalías. Desde ese momento histórico, comenzaron a conspirar, desde dentro y desde afuera.

Urge redoblar la seguridad en nuestra industria petrolera y en la eléctrica. No esperemos que no agarren con los pantalones abajo. Contamos con buenos organismos de seguridad, para que le garanticen a los venezolanos que sus empresas líderes están bien resguardadas, y que los pitiyanquis amarillos se quedaran con las gana, como también el brazo del imperio que tiene sus ojos puestos en nuestras riquezas, y que, además, quiere salir de nuestro Presidente Nicolás Maduro, sea como sea, empleando los métodos más modernos y sofisticados que poseen.

Pero aquí se van a encontrar con el pueblo de Chávez. Ese pueblo que despertó el 4 de febrero y que está listo para defender, con la vida si es preciso, el legado que nos dejó el Gigante Hugo Chávez Frías. Aquí está el pueblo de Bolívar, preparado para defender, con sangre si es necesario, la libertad que nuestro Libertador nos dio a expensas de su vida. Aquí están los hombres, las mujeres y los jóvenes que creyeron en Chávez y lo acompañaron durante las diferentes batallas que libró desde que asumió el poder en Venezuela. Sólo fue vencido por el cáncer agresivo que lo invadió, y que aún está bajo sospecha de quienes lo indujeron. Allí esta Nicolás Maduró, fiel representante del legado de Chávez, y están sus colaboradores firmes y dispuestos a no dejarse arrebatar el fruto del trabajo duro que llevó a la tumba a Hugo Chávez.

El golpe marcha desde adentro y desde afuera. Dentro del suelo patrio está la derecha amarilla que avala todo los ataques que se están haciendo contra PDVSA, contra CORPOELEC, contra el CNE, contra el TSJ, contra Diosdado Cabello y contra Venezuela. Desde afuera están los Posadas Carriles, los Noriega, los Otto Reich, etcétera. Y ahora se agrega el Ciadi. Este organismo, adscrito al Banco Mundial, emprende una acción judicial contra nuestra industria petrolera. Ya estamos viendo quienes se alinean a favor de las empresas transnacionales. Allí está “El Universal”, inyectando su ponzoña. Y “El Nacional”, dirigido por “bobolongo”. Esos son las punta de lanza de los apátridas.

El país y su gobierno revolucionario enfrenta a los lacayos de siempre, viejos y nuevos, y al imperio que nunca ha dejado de conspirar para encontrar la fórmula para acabar con la revolución bolivariana y socialista. No han podido, y no podrán. Es el pasado contra el futuro. Son las fuerzas del mal, contra las fuerzas del pueblo. Son los mismos del golpe del 11 de de abril del 2002, de la huelga petrolero, de las guarimbas, y de los militares en la plaza Altamira. Son las mismas caras. Que ya ni siguiera ocultan las pretensiones de que los yanquis nos invadan. Pero a pesar de lo que hagan: ¡No pasarán! Por Dios, ¡No pasarán!


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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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