La hoja de vida de Nelson Merentes es espectacular. Le entró a la investigación y a las matemáticas de frente. Hasta un postgrado hizo en Budapest, Hungría. Además es docente de la Universidad Central de Venezuela, de donde egresó. Todo lo reseñé en el artículo anterior, de manera que el público lector, chavista o no, supiera que este señor, desde el punto de vista académico, es un bárbaro. Dicho esto con el debido respeto. Ahora, bien, vamos a estar claros: una cosa es acumular títulos, sean del nivel que sean, o ser investigador o docente, y otra cosa es gerenciar un Ministerio de Finanzas como el venezolano, donde las cosas, por las razones que sean, no andan bien, desde el punto de vista de la economía. La capacidad académica de Merentes no está en discusión. Es un profesional con demasiadas credenciales. Pero…
La economía venezolana transita por un camino espinoso. Reitero que yo no soy economista, tan sólo un simple periodista que cubrió por varios años esa fuente, y conservo mi percepción en buenas condiciones a pesar de mis 76 años de edad. Para continuar con este trabajo periodístico, gracias a la bondad del periódico digital Aporrea, voy a citar un documento, elaborado por un grupo de personas afectas, como es lógico, al chavismo, y lo producen con el objeto de que estos señalamientos puedan llegar hasta el presidente Nicolás Maduro que, al fin y al cabo, es el responsable directo en cuanto a las políticas económicas que se apliquen en el país.
En torno a la inflación, el documento denominado “¿Qué hacer?” y se encuentra en Google, afirma que: “Las cifras de inflación del inicio del año muestran un escenario extremadamente preocupante. Solo en los cinco primeros meses del año la inflación ya alcanzaba el 19,4%, a pesar de que el gobierno había estimado 16% para todo el año… Una proyección aritmética colocaría la inflación para todo el año entre 42% y 43%, la más alta en los 14 años pasados. Pero teniendo en cuenta el cambio de tendencia, de aritmética exponencial, que puede llegar a 70% en el año si no se cambian las políticas y baja el precio del petróleo, pues en ese caso se darían las condiciones para que se inicie una hiperinflación: estancamiento del producto, entrabamiento y retardo en las importaciones, financiamientos recurrentes del abultado déficit fiscal con dinero emitido por el BCV, y, como consecuencia de ello, muy alto crecimiento de la cantidad de dinero sin respaldo productivo…”.
Estos señalamientos son muy graves. Y corresponde al ministro Nelson Merentes, bajo la dirección de nuestro presidente Nicolás Maduro, tomar las medidas urgentes que correspondan, antes de que el barco haga aguas, y sea imposible sacarlas con perolas y baldes. Pero viene lo peor, es decir, las consecuencias y efectos de tales políticas. Como dicen los elaboradores del referido documento, la gente, chavistas o no, van a comenzar a quejarse de verdad, verdad. Estamos hablando de la clase media y, por ende, los pobres, en donde cae con mayor fuerza esta distorsión de la economía. Ya se oye el clamor de que el salario mínimo no alcanza ni para costear la mitad de la cesta básica. ¿Y las medicinas? ¿Las consultas médicas? ¿El transporte? ¿Los ¿útiles escolares? ¿Los zapatos, vestidos y comida? Como vemos la gente pobre se le está poniendo las cosas, o mejor dicho la vida, color de hormiga.
¿Hay tiempo para corregir el entuerto? Claro que lo hay, siempre y cuando se escojan los hombres y mujeres adecuados y adecuadas para conformar un equipo multidisciplinario que cabalgue sobre la ola, y puedan llegar primero que ella a tierra, con la varita mágica para que las cosas se hagan como tienen que hacerse. Prontitud, capacidad, honestidad, eficiencia y decisión, son los elementos que se requieren para enfrentar el monstruo de la inflación y el desabastecimiento, que, por mucho dólares que aflojen a los empresarios, las cosas no mejoraran, pues detrás de todo esto está la mano peluda del la derecha, acechando el momento para dar el zarpazo. Presidente Nicolás Maduro, usted tiene el timón en la mano. Conduzca este barco a buen puerto antes de que el huracán llegue y acabé con todo.
¡Chávez vive, la lucha sigue!
Teófilo Santaella: periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero d la Isla del Burro, en la década de los 60.
teofilo_santaella@yahoo.com
Puerto Ordaz, 20 de septiembre de 2013