Cosas no Contadas

El síndrome del fracaso

Cuando nos llaman chusma o lumpen, calificativos empleados por seres superiores a nosotros veo en ello un reflejo de inferioridad. La pregunta es el porqué yo digo esto. Simplemente es la observación que hago alrededor de una masa política opositora sin destino alguno.


Empecemos por hacer un diagnóstico sobre el antecedente que ha tenido la oposición desde que el Comandante Supremo asumió la condución del país en 1999. No contando lo sucedido antes de 1998 en la campaña electoral.


En primer lugar colocamos que el discurso del Presidente Chávez antes y después fue el mismo, quizá no cambio ni una coma en el Proyecto de país que tenia para Venezuela. Es decir mantuvo la misma postura y posición con respecto a los programas que hoy tenemos y que siguen siendo abordados por el Presidente Maduro y la dirigencia del PSUV.
Sin embargo, los Partidos Políticos Opositores comenzaron a llamar el discurso presidencial y su proyecto como “Populista”. Fue tan brutal la campaña de descredito hacia el Comandante que aquello se volvió como un bumerán.


En consecuencia vinieron elecciones presidenciales, legislativas, regionales, municipales referéndums y en estos catorce eventos hemos tenido un promedio favorable de ganancia electoral muy superior al de la oposición. Lo que llevo a los opositores en agruparse en un grupo llamado “Mesa de la Unidad” y bajo triquiñuelas entre ellos mismos eligieron un candidato “Mediático” que a la postre entro en el Síndrome del Fracaso.


Pues bien, la postura de ese líder es cuestionable debido a su incoherencia y al mal manejo de situaciones que se dejan entrever en lo político. Por ejemplo; su discurso es desmotivador y negativo, que lleva a sus seguidores a tener una autoestima muy por debajo de lo normal. Como es una figura publicitaria, en el tiempo se volvió sosa y aburrida. La carencia de ideas innovadoras o propias por ningún lado se asoman, es decir, siempre tiene un guion escrito y eso hace que sea rechazado por la mayoría de la población y hasta por sus seguidores, que por no decirlo ni siquiera lo oyen.


En conclusión, por más que se esfuerce ese “Líder” en ser una persona encantadora que atrapa y enamora a sus seguidores, se la hará difícil en subir esa cuesta que la ha puesto el destino político. Lo que puede hacer para que este paciente entre en etapa de rehabilitación es dejar, irse o desaparecerse del mapa político por mucho tiempo y sentarse a esperar que le den otra oportunidad en la vida así tendrá quien lo oiga, como por ejemplo, un perrito o un gato como fieles acompañantes.

Autor: Licdo. Marco Pedraza



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