La película venezolana “Pelo Malo” ganó el mayor galardón: la Concha de Oro en el Festival de cine de San Sabastián 2013, en España. Su directora, Mariana Rondón es la cuarta mujer que gana ese premio y la primera de Latinoamérica. El actor venezolano Edgar Ramírez, tuiteó: “¡Qué gran alegría! ¡Viva Venezuela!”. La película que trata sobre la homofobia y la intolerancia en Venezuela fue la producción de más bajo costo, según el Jurado Seleccionador, presidido por el director de cine Todd Haynes. El veredicto fue por unanimidad. No se sabe cuando se podrá ver en Venezuela.
De los temas que trata la película, hablemos primero de la homofobia. El término hace referencia a la aversión contra hombres y mujeres homosexuales, aunque generalmente también se incluye a las demás personas bisexuales. O transexuales, o las que mantienen actitudes o hábitos comúnmente asociados al otro sexo, como los metrosexuales y los hombres con ademanes tenidos por femeniles o las mujeres con ademanes tenidos por varoniles. El adjetivo es “homófobo” o “Homofobico”. Eso fue lo que investigué acerca del término. Y es el primer tema que enfoca la película de Mariana Rondón.
Se estima según, Amnistía Internacional, existen unos 70 países donde persiguen a los homosexuales y, aunque usted no lo crea, 8 en donde los condenan a muerte. Las estadísticas muestran que cada día una persona homosexual es asesinada en el mundo, debido a actos violentos vinculados a la homofobia, y a la persecución policial, e inclusive por grupos de individuos inadaptados.
El segundo tema: la intolerancia que existe en Venezuela. “yo hice esta película para curarme de la angustia de ver tanta intolerancia en mi país”. Y añadió: “Pesar distinto a los otros, ser diferente, no es un problema, al contrario es lo más hermoso que tiene un ser humano, sobre todo cuando se encentra con otro”.
Pero la intolerancia va más allá de lo que expresa la directora de la película “Pelo Malo”. Porque toca uno de los problemas que vive el mundo político venezolano. La intolerancia la definen como la falta de habilidad o voluntad de tolerar algo, o a alguien. En un sentido social o político, es la ausencia de tolerancia de los puntos de vista de unas personas sobre un problema. En Venezuela, por ejemplo, y es lo que trata de la directora de “Pelo Malo” destacar, existe en la actualidad una intolerancia suprema, en el campo político y social. No nos toleramos unos a los otros. Y esa intolerancia va incresendo, gracias a las posiciones extremas tomadas por unos y por otros. Somos todos venezolanos, pero no nos toleramos. Todo lo contrario. Y esas actitudes extremas generan estrés, crispaciones, rabias, iras, hasta que se pierde la razón. Y al perderse la razón, viene la agresión en diferentes niveles.
“La intransigencia es la diferencia en el prójimo, ya se base ésta en características de género, culturales, ideológicas o religiosas, contra lo que arremete el intolerante. Formas comunes de intolerancia son el racismo, el sexismo, la homofobia, la intolerancia religiosa y la intolerancia política”. Esto último está llegando al extremo. Y con tendencia a extralimitarse. Lo vemos en los medios, en la calle, en las colas de un Bicentenario o un Mercal, etcétera. Y eso no tiene otra calificación: estamos transitando un camino peligroso.
Urge, entre los venezolanos, un cambio a nivel mental. Para que podamos no sólo aceptarnos unos a los otros, sino ayudarnos entre sí. Ayudar a alguien, es ayudarnos a nosotros mismos. Necesitamos hacernos solidarios, independientemente como pensemos o de la tendencia política que seamos. En fín, somos venezolanos. Este país nos pertenece a todos por igual. Por lo tanto urge un cambio. Y ese cambio comienza por cada uno de nosotros. Para cambiar la realidad, tenemos que cambiar nosotros primeros. Tiene que llegar el día en que se oiga: ¡Estamos aquí para ayudarnos!
