¿Quién detiene a esta gigantesca conspiración?

“No te rindas, por favor, no cedas,

Aunque el frio queme,

Aunque el miedo muerda,

Y se calle el viento,

Aún hay fuego en tu alma,

Aún hay vida en tus sueños”.

-Mario Benedetti-

 

Todo  contra Maduro. Todos contra el legado de Hugo Chávez: el partido amarillo y corrupto. Los adecos. Los Copeyanos. Los empresarios. El sector productivo. Fedecámaras. La cúpula eclesiástica, encabezada por el Cardenal Urosa Savino. Los grandes medios de comunicación. Los lacayos y vende patria. La guerra económica. La corrupción desatada a todos los niveles, y por supuesto, el imperio estadounidense. No es fácil, lo que está enfrentando Nicolás Maduro. Pero él no está solo. Detrás de él está el pueblo chavista, en general. Y es ese pueblo combativo, comprometido y resteado con este proceso, el que le detendrá a esta gigantesca conspiración.

Ahora, más que nunca, se requiere la unidad, inquebrantable decisión y la cohesión  del pueblo alrededor de quien lidera al chavismo, como lo es Nicolás Maduro. Estar movilizados. Estar en la calle y alerta, siempre alerta, es el mandato supremo de estos momentos de dificultades. Si nos mantenemos unidos, por sobre de todas las cosas. Poniendo por delante el compromiso con el presente inmediato y con el porvenir. Se trata de la Patria. Se trata de defender lo que se ha ganado durante estos 14 años de gobierno revolucionario. Se trata de no dejarnos despojar lo que tanto nos ha constado, sobre todo, a los excluidos de siempre.

Está prohibido achantarse. Acobardarse. Retroceder. Caer en la confusión y flaquear. Debemos mantener en alto la imagen de Hugo Chávez. En nuestra mente. Esa fuerza telúrica que mantuvo siempre ha Chávez, en la lucha perenne, desde que asumió la conducción de este país, hasta que la muerte lo venció, y contra la que luchó hasta los últimos suspiros. Sólo así podremos salvar la Patria. Sólo así podremos frenar a la conspiración que avanza, sin cesar, por los diversos caminos, con la intención de siempre: sacar del poder al chavismo e instaurar una especie de “Pacto Amarillo”, que les permita entregar el país al imperialismo norteamericano, y con él nuestro petróleo, gas, oro, aguas, y cuanta riqueza tenemos en nuestro territorio.

No es hora de vacilación. De cobardía, cansancio o desmotivación. Recuerden ustedes que si esta gente malévola llegara a tomar el poder, como lo ha dicho, con acierto José Vicente Rangel, empezaría una cacería chavista, inimaginable. Se instalará un régimen de persecución, de cárcel, desapariciones y asesinatos. Recuérdense de Chile. Tengan presente lo que hizo Pinochet, una vez que le imperio lo ayudó a instalarse en el Palacio de la Moneda. Fueron 17 años de dictadura férrea. Unas de las más oprobiosas dictaduras de Latinoamérica y del mundo. ¡Nadie debe vacilar! ¡Nadie debe rendirse! Es la hora de la unidad revolucionaria, y demostrarle a la derecha que no pasará. Volveré.



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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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