Hugo Chávez, no jugaba a la demagogia política con los niños y las niñas de este país. Una preocupación que lo atormentó, desde sus primeros días de mandato, fueron los niños de la calle. Esos niños que traen al mundo, padres y madres desnaturalizados. Para eso creo especialmente la Misión “Negra Hipólita”. Los resultados están a la vista. No es que no se encuentre algún niño de calle. No. No pretendo decir algo que no es verdad. Como no es verdad que en Venezuela no hay analfabetas. Pero la verdad incuestionable es que en ambos casos la fuerza y el deseo del comandante Supremo, dieron sus frutos. En verdad, Hugo Chávez amaba a los niños y niás. Por eso bebecitos y bebecitas, aún si hablar claro, pronunciaban su nombre cuando lo veían en la televisión. Había una conexión entre el Chávez adulto y los niños y niñas. Por eso los amaba.
El niño y la niña son los seres humanos más puros que existe en la tierra. Hasta cierta edad son inocentes, no han sido contaminados o “envenenaos” por los adultos, sean padres, maestros, profesores, amigos, etcétera. Los niños y niñas entre 5 y 7 años son creativos, inteligentes y son fervorosamente creyentes de lo que le dicen los mayores (allí reside el peligro de la contaminación, cosa que es inevitable). Osho, en su obra “El libro del niño”, afirma lo siguiente: “los niños pequeños con inocentes; pero no se lo han ganado, es natural. En realidad son ignorantes, pero su ignorancia es mejor que la supuesta cultura, porque la persona culta está simplemente ocultando su ignorancia con palabras, teorías, ideologías, filosofías, dogmas y credos. Están tratando de ocultar su ignorancia, pero con sólo rascar un poco no encontrarás en su interior sino oscuridad, no encontrarás sino ignorancia”. Así opinaba Osho, en sus conferencias, antes de morir. No hay duda de que este pensador, causaba polémica por sus señalamientos en todos los aspectos de la vida, pero no es menos cierto que su franqueza tenía mucho de verdad.
A nuestro Comandante Supremo le importaba, de verdad, a los niños y niñas de Venezuela. Muchas, cuando transitaba por las calles de Caracas, y veía a un niño de la calle, ordenaba su chófer quie parara el vehículo y se bajaba y lo abrazaba con amo, y entablaba una conversación con el jovencito, o jovencita. Ese era el verdadero, el auténtico, Chávez. El se sentía niño también.
Con estas reflexiones no pretendo, en ningún momento dictar pautas acerca de cómo debe crearse un niño. Eso corresponde a sus padres y a los especialistas. En lo que sí quiero hacer énfasis es en el cuidado que debe brindársele a los niños y niñas, en especial antes de los 7 años, de allí en adelante, es otra cosa. Ya ellos comienzan a captar con claridad lo que le meten en la cabeza sus padres y maestros. Desde allí pierden su pureza e inocencia PERO RECUIERDEN, ELLOS SON EL FUTURO DE ESTE PAÍS Y MERECEN LO MEJOR DE LO MEJOR PARA QUE SE CONVIERTAN EL DÍA DE MAÑANA EN CIUDADANOS EJEMPLARES. Volveré.