I.
La guerra económica desatada por el imperialismo y la oligarquía criolla (los ricos de cuna) contra la Revolución Bolivariana que trajo nuestro Comandante Hugo Chávez Frías, tiene el mismo tiempo que este proceso histórico, se ha dado en todos los sectores de la vida nacional y bajo distintas formas de ataque.
A grandes pasos, los golpes recibidos por el pueblo en esa guerra son:
- En 2003 golpe contra PDVSA para acabar con los ingresos petroleros que representaban la mayor fuente de ingresos.
- Luego dejaron de producir lo poquito que hacían y se dedicaron a importar con dólar barato para especular. De hecho, el gobierno de Venezuela ha tenido que comprarle alimentos a la oligarquía latinoamericana porque nadie produce en Venezuela.
- Después abandonaron empresas estratégicas de Briquetas, Carbones y Refractarios en Guayana, haciendas productoras de carne y leche; quebraron la banca privada y se robaron el dinero de los ahorristas; hicieron la estafa inmobiliaria a 500 mil familias y robaron a 800 mil compradores de vehículos nuevos.
- Seguidamente vino el saboteo, el acaparamiento y la especulación: un vehículo nuevo con precio triple a uno similar en países vecinos, los vehículos usados mas caros que los nuevos, desaparición del cemento y las cabillas para la construcción.
- Y recientemente desaparecieron los productos tradicionales y queridos por el pueblo venezolano (aunque no sean nutritivos ni imprescindibles) como la leche en polvo, el azúcar, la harina de maíz, el aceite comestible y el papel sanitario (toilette), cuyos fábricas y concesiones estaban en manos de empresas privadas, como es el caso de MANPA con el papel sanitario.
Como nada de eso ha sido fulminante para acabar con la Revolución Bolivariana, aunque sí para minar parte del imaginario popular, nos han llegado noticias, que en la antesala a las elecciones municipales, la guerra económica arremeterá con formas no convencionales contra el sector de las mujeres, ya que representa el 70 % del electorado que siempre acude a votar en los procesos municipales.
Van a desaparecer los cosméticos.
II.
Bastantes incomodidades ha causado la contra-revolución a la mujer venezolana en los últimos meses, ocultándole los productos necesarios para cumplir con la titánica labor de ama de casa. Problemática que generalmente, se le achaca al gobierno revolucionario cuando no se indaga quien tiene el permiso o concesión para fabricar tal o cual producto.
Se dice que la contra-revolución está convencida que solo falta para el desencanto irreversible contra el gobierno, que las mujeres venezolanas no tengan los cosméticos usados para resaltar sus encantos, agradar, llamar la atención o sentirse bellas y que todo se vea como culpa del gobierno revolucionario de Nicolás Maduro.
La contra-revolución está decidida a ir a ese escenario de guerra económica no convencional, con tal de derrotar al chavismo en las elecciones municipales del próximo 8 de Diciembre de 2013 y desencadenar un conflicto mayor.
III.
Lo primero que piensan desaparecer es la acetona, clásico removedor de esmalte para uñas. Luego, los esmaltes de colores, uñas postizas y otros elementos para el manicure y pedicure.
También sacarán del mercado todo lo que sirve para cuidados del cabello: Champú, enjuague, desriz, entre otros.
En la lista de desaparecidos de la contra-revolución están productos de maquillaje, así como los de cuidados del cutis y de la piel.
La perfumería también está en la mira de la contra-revolución.
IV.
Esta canallada será acompañada por las transnacionales de cosméticos y el imperio mediático que hará la guerra psicológica.
Ante este escenario perverso creado por la contra-revolución, las mujeres deben asumir la defensa de su dignidad, resistir esta manipulación y salir a votar con conciencia por los candidatos de la Revolución Bolivariana.
Mujer venezolana sigue el ejemplo de Josefa Camejo, Juana La Avanzadora, Luisa Caceres, Manuela Sáenz, Argelia Laya, María León, Lidice Navas, Nora Castañeda y miles de mujeres combatientes por la dignidad.
La Revolución Bolivariana triunfará en la batalla de los cosméticos.
