La más esclarecida de los políticos venezolanos, la más popular, la más pobre y excluida de cuantas existen en este país, dijo algo, en unas declaraciones de hace dos días, que estremeció al mundo político, no sólo en Venezuela, sino en América Latina y en buena parte del mundo: “comuna es comunismo”. ¿Y quién lo dijo? Nada más y nada menos que la señora del buen vivir, aspirante a la silla de Miraflores, María Corina Machado.
Esta señora que no encuentra que hacer para ganar algún centimetraje en los periódicos de la derecha, dice lo que en ese momento se le cruza por su cerebrito, sin importar que sea o no verdad, que afecte o no afecte a terceras personas. Lo que a ella le importa es que algún reportero gráfico le tomé una gráfica con un puñado de afectos, y que algún periodista redacte una nota destacando lo que su brillante cabeza ha lanzado al aire. Está empeñada en serrucharle el puesto a Capriles. Por eso no nos extraña que pronto viaje al Vaticano a entrevistarse con el Papa Francisco. Ustedes verán.
Quiero invitar, muy respetuosamente, a la señora Machado que lea un poco más. Que se informe sobre lo que significa, verdaderamente el término “comuna”. Que busque aquellos países, en la actualidad, donde existen comunas. Y que yo sepa no son comunistas. Osho, uno de los pensadores más destacados del siglo XX, habla de la comuna, como uno de los modelos más importante para las personas. “Una comuna, dice Osho, significa personas que viven en una familia líquida. Los niños pertenecen a la comuna, pertenecen a todo el mundo. No existe la propiedad privada, no hay ego personal…”. Y Osho, que yo sepa, no era comunista, todo lo contrario. ¿Y entonces, señora Machado?
Ese día de sus declaraciones, dijo: “Alerto sobre el estado comunal, y sobre las próximas discusiones en la Asamblea Nacional, al respecto. Porque “Comuna es comunismo” y comunismo es cola, es oscuridad y es violencia”. Y sobre el presidente: “Maduro no entiende lo que está pasando en las calles de este país”. ¡Se la comió!, la señora María Corina Machado. Ella sí sabe de calle. Ella viene de la calle, y pertenece a la calle. ¡Esa es la líder que necesita el país! ¡Una mujer de calle y para la calle! ¡Se cansa uno! ¡Volveré!.