Hoy día los golpes de estado no necesariamente suponen una “repentina y violenta toma del poder político”. Ahora los golpistas recurren a otros procedimientos más sutiles e imperceptibles para vulnerar la legitimidad y atentar contra el orden establecido.
El golpe de mercado nos remite a acciones de grupos económicos dirigidas a desequilibrar la economía con fines claramente políticos e “incluso causar la caída de los gobiernos democráticos,”. Cuando los intereses “se contraponen o se resienten por las políticas que llevan a cabo algunos gobiernos,” tales grupos “implementan caos financieros y desestabilización económica.”
Asociados en su acción golpista con sectores mediáticos de oposición, los grupos económicos procuran conjuntamente la inestabilidad política a través de la manipulación de la información. El golpe mediático es entonces otra variante que sigilosamente va minando la legitimidad del gobierno y la credibilidad de la población. Una muy bien planificada estrategia informativa sobre la “crisis” y las medidas manipula el miedo, la inseguridad, la resignación y el fatalismo en la ciudadanía. Así, contagiada de un miedo difuso, la población se va haciendo cómplice de un golpe de estado silencioso.
En Venezuela la agenda informativa golpista transita al menos tres vertientes. La evaluación crítico negativa de la gestión de gobierno en todas sus dimensiones, salud, educación, servicios básicos, seguridad, etc. El deficiente manejo económico explicaría la crisis, devaluaciones, inflación, desabastecimiento, precios, etc.
La agenda de la deslegitimación del Presidente Maduro, cuestionado en su competencia para el cargo. “El país camina al desastre de la mano de Maduro”. “El responsable de la crisis económica…Maduro es un títere del gobierno fracasado de Cuba”. Henrique Capriles.
La agenda del caos: inestabilidad y conflictividad social; gobierno no democrático, violación constante de los DDHH y persecución a medios de difusión. “Ruido de sables”, por el descontento de importantes sectores de la FANB, aunado a la debilidad de Maduro para manejar ese sector.
Las medidas anunciadas por el Presidente evidencian la estrategia golpista silente y atacan frontalmente el golpe económico-mediático. Desde el ámbito psicosocial arremete contra el fatalismo, la pasividad y el fascismo social en general. Se fortalece la percepción positiva de la gestión de su gobierno, se crece su imagen y se fortalece política-electoralmente.
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