“Con usura ningún hombre tiene una casa de buena
piedra”. Ezra Pound
Podrán encontrar muchas explicaciones a su papel en la usura. Hilar frases, darles vueltas y revueltas, descubrir, aristas impensables, inventar tesis y oscuras teorías, y hasta, “leves” hipótesis: qué si la política electoral promueve los saqueos; qué si el impacto político del pillaje ayuda mas a una que otra posición.
Qué descubramos el fraude, que se nos pretenden insinuar, con esa voltereta inimaginable y hasta risible, de asociar la situación de Daka Naguanagua con aquella noche de los vidrios rotos o Novemberpogrome del nazismo. Barbarie, que por casualidad también se produjo un 10 de noviembre, pero de 1938, y fue llevado a cabo por las tropas de asalto del partido nazi conjuntamente con la población civil, mientras las autoridades alemanas observaban sin intervenir en el horroroso episodio. Todo con la idea insinuar qué, aquí, va pasar lo mismo con los saqueos qué se avecinan a los comercios. Pura ficción MUD.
Qué si la jugada contra la usura fue motivado por el fracaso de la política económica del gobierno, y qué, estos actos solo servirán para tapar los errores económicos. Como otro elemento de prueba se insinúa los videos. Y, allí se busca discriminar a la gente qué saqueó, qué robó, y qué se debe saber si esa poblada era de obreros, o eran de derechas de Primero Justicia o de izquierda motorizada o sencillamente, expresión pura de la clase media, de esa que vive ahorcada, con hambre, pero con franela Abercrombie y tiene una camionetota, pero no sabrá qué hacer para cambiarle las bujías cuando se les enchumben de aceite.
La manipulación interpretativa de los saqueos no es sino una copia de los “falso positivos” uribístas. Lo único concreto es la usura, nacida del virus del “vender y vender pronto”, forma “comercial” del latrocinio con sus dentelladas de codicia y voracidad insaciable del tendero.
Esta hipócrita postura frente a los excesos del sobreprecio y la rapacidad, es algo que solo defienden aquellos que nunca llegaron a la edad de la razón.
Por cierto, el caso de Daka ha dejado en claro dos cuestiones, la primera, que la dirigencia empresarial modelo facebook, ahora remozada, -en promedio de edad y en algunas ideas neoliberales, (nunca en moral y buenas costumbres)- ha dado la respuesta más triste que de ella se esperaba: la solidaridad automática. Con ello, su liderazgo, ha desperdiciado una oportunidad estelar, “de perlas”, -como dirían las esposas de estos usureros-, para renovar en sus anaqueles un producto, en ellos, escaso: decencia y honestidad.
La segunda: asistir a la otra muerte, de un personaje. Uno, qué ahora, como renegado, defiende con su vida el “gran capital” del país. Fedecámaras, agazapada, le prepara una celada, lo deja hacer, más aún, lo disfraza y convierte en improvisado industrial de bajo presupuesto, cuasi PYME. Conscientes, de que igual a Teodoro, una vez fue medio ñangaroso. De éste, nadie sabe por qué, militó en La Causa R, ni por que hoy, de corbata y flux, revolotea cual avis rara, en el establo de los empresarios. Pero, ellos ya lo tienen medido y “cogido con cincha corta”, y bajo contrato con reserva de dominio, lo dejan pastar, temporal, supernumerario, en sus predios, tal como lo hicieran una vez con Carmonita.
Este empresaurio debe recordar que en ese espacio, hay trampa por doquier, debe cuidarse del lenguaje, de estas Cámaras, pues, cómo decía F. Quevedo, todo esta al revés: “Amistad llaman el amancebamiento, trato a la usura, burla a la estafa, gracia la mentira, donaire la malicia, descuido la bellaquería, valiente al desvergonzado, cortesano al vagamundo, al negro moreno, señor maestro al albardero y señor doctor al platicante”.
