Maduro dejó a Chávez a un lado para ser él mismo

Nicolás Maduro dejó de ser el hijo de Chávez, para ser él mismo. Ahora tiene personalidad propia. Se erige como el auténtico líder de la revolución bolivariana, sin el tutelaje del Gigante. Eso no quiere decir que no va a nombrar a nuestro Comandante Supremo. No. Eso no es lo que he querido decir. Lo que estoy tratando de decir es que Nicolás Maduro se alargó los pantalones. Está demostrando que tiene un perfil propio y que de aquí en adelante será el líder, sin tutelaje, sin sombra ni acompañamiento. Es y será como él mismo. El autentico.

El chavismo lo pedía. No podía seguir siendo el hijo de Chávez pareciéndose a él. Tenía que definir en ser como Chávez, sin serlo. Tenía que sobreponer al Nicolás Maduro por encima de la sombra del líder Supremo de la revolución, que no está ni estará por siempre en discusión. Hugo Chávez Frías, el Gigante, ha sido, es y será el Comandante Supremo de nuestra revolución. Eso ni se discute. Eso está escrito en las páginas sagradas de nuestro proceso y de la historia.

Celebramos el nacimiento de un líder. Fuerte. Que no titubea en lo que dice respecto a sus adversarios y a la continuación del proceso revolucionario. Muchos dicen que Maduro ha ido más allá de lo hizo el Gigante. Tal sea así. Pero la muerte súbita, el cáncer agresivo, y la fatalidad, nos arrebato a nuestro líder antes de que él concluyera el proceso. El mismo elevó su voz al cielo y le pidió a Dios que no se lo llevara todavía, pues tenía por delante muchas cosas por hacer por su pueblo. Pero llegó el final. No se pudo frenar el destino. Dios no lo oyó. Era muy tarde. La enfermedad había avanzado tanto que no había nada que hacer.

Pero dejó su legado, su proceso revolucionario en buenas manos. No se equivocó cuando designó a Nicolás Maduro Moros, como su sucesor. Maduro ha sorprendió a propios y a extraños. Unos cortos meses bastaron para que emerguiera el hombre del potencial necesario para convertirse el líder nacional, del chavismo y de quienes no lo son, también.

La derecha local y la internacional han sido las más sorprendidas. Nunca pensaron que un ex chófer de autobús del Metro de Caracas, pudiera con el peso de la revolución y los problemas que creó la derecha: saboteo eléctrico, despliegue de publicidad internacional, en concordancia con la derecha exógena, con el fin de debilitar al gobierno, y crear una desestabilización, el desabastecimiento, y lo último: la guerra económica. Maduro no titubeó en ningún momento y puso en marcha una contraofensiva que aún no ha terminado. ¡Bravo por Maduro! ¡Volveré!

¡Chávez vive, la lucha sigue, con más profundización de la revolución!





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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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