Quizás decirlo es más fácil que hacerlo, sin embargo, creemos que la economía de un país la estimulamos y fortalecemos haciendo que todos pensemos en términos productivo, y lo pongamos en práctica desde la experiencia más sencilla de nuestra cotidianidad.
Desde varios espacios podemos fomentarla, a través la educación formal y no formar, pero quizás la mejor vía es desde la formación del hogar, del amor al trabajo, y así aprender a hacer las cosas con mística, desde el lugar donde estemos, por amor a nuestro país y a quienes lo conformamos. Recordamos que en muchos de nuestros pueblos, era acostumbrado a incluir a las y los niños al trabajo diario, en el cultivo agrícola, en los oficios domésticos, desde la elaboración de una lámpara de carburo, de canales para las aguas de lluvia de las casas; u otros oficios.
Lo cierto era, que como dicen los expertos, el aparato productivo funcionaba y no había carencia. Ahora bien, de esa niña o niño, que será adulto, trabajará, tendrá su familia y será parte de su comunidad y ciudadano y dará su aporte al crecimiento de su país.
Ah, el sentido o concepto del ahorro, es otro factor importante que debemos tomar. Claro está, los tiempos de ayer, no son los de hoy, nuestras dinámicas de vida son distintas, pero es así, que podemos poner a andar a una Venezuela productiva, y desprendernos de la hoy dependencia del Rentismo Capitalista Petrolero. Indiscutiblemente, desde la llegada del presidente Hugo Chávez, se han hecho grandes esfuerzos, obteniendo logros a partir de la inversión social, como nunca antes se había hecho en Venezuela. Nicolás Maduro este año 2013 viene impulsando la economía, y hay que seguir insistiendo para diversificarla y profundizarla.
Ah de allí que haga falta que sigamos incluyendo a los factores culturales que conforman a la venezolanidad, de verdad, como son, lo indígena y lo Afrodescendiente. Con sus distintas experiencias en donde encontramos interesantes modelos productivos, pues con la suma de todos podemos.
