Un año 2013 muy duro es el que hemos vivido. La muerte del Presidente Chávez y la pugnacidad político-electoral han signado la vida de los venezolanos en un año donde además la situación económica no ha sido favorable, la inseguridad sigue dejando profundas huellas en las familias venezolanas e intereses trasnacionales siguen conspirando en contra del pueblo y a favor del control de nuestra riqueza.
Espacio crítico para la construcción socialista #205
Sin embargo, la demostración de coraje del pueblo venezolano y el claro pronunciamiento de la mayoría por una opción política y económica de izquierda, revolucionaria y chavista no se ha hecho esperar, lo que ratifica que el pueblo siempre va un paso adelante de sus dirigentes. Por ello, dejando de lado los errores que toda conducción política cometodo ha cometido en la historia de la humanidad, y la nuestra no ha sido la excepción, entiendo que el pueblo nos ha dicho que:
1. Necesitamos seguir creyendo en un proyecto político basado en la igualdad, la libertad y la equidad, pero también más justicia como base estructurante de fe y esperanza en un mundo mejor y sin impunidad.
2. El chavismo es en este momento la única opción política real en nuestro país, pero requiere de nuevos bríos, de mayor inclusión y una conducción política menos errática para garantizar su absoluta consolidación. Así lo demuestran los dos últimos resultados electorales con los que, después de la muerte del Presidente Chávez, el pueblo ha ratificado que el Presidente Maduro no sólo tiene este inmenso reto, sino que cuenta con el pueblo venezolano siempre y cuando este compromiso sea recíproco.
3. La oposición en Venezuela no es una opción política confiable ni exitosa, pero no se debe subestimar el hecho de que una minoría importante al no sentirse identificado con el chavismo, echa mano de lo único que les queda: el "bagazo" de la dirigencia de oposición, cosa que no es muy positiva para el desarrollo de una democracia participativa sólida, plural, que no permita que la revolución se estanque y tenga nuevos retos.
4.Es imposible seguir postergando el asunto económico de fondo en nuestro país. El rentismo petrolero, el parasitismo de sectores especulativos vinculados al poder y la falta de estímulo a la producción son apenas puntas del iceberg. La socialización de los medios de producción estratégicos, la transformación de las relaciones sociales de producción, el impulso productivo al Poder Popular, el control obrero y la propiedad social y colectiva son asuntos medulares que lamentablemente pasan a un segundo lugar ante la corrupción, la impunidad y la falta de una planificación real y certera en el sector productivo industrial venezolano, por lo que este 2014, con este voto de confianza en manos del Presidente Maduro, se aspira por lo menos iniciar la atención de estos aspectos de manera sistemática y real, que logre una percepción de constancia y eficiencia porque realmente sea así.
5. El proyecto político revolucionario chavista ha sido ratificado desde la mayoría del pueblo venezolano, y la conducción política en manos de Nicolás Maduro: que ha sido ratificado como líder del proceso revolucionario y vive una luna de miel postergarda (que no pudo disfrutar a inicios de su elección producto de los esfuerzos desestabilizadores en su contra), deberá sumar más voluntades revolucionarias en el 2014, con el fin avanzar en el legado del Presidente Chávez.
Apuesto por un año 2014 con Nicolás Maduro a la cabeza del proceso revolucionario, en compañía y con la conducción del Poder Popular, y con la certeza de que las visiones críticas y comprometidas podrán aportar aún más en sus espacios para sumar un grano de arena en la construcción de un 2014 lleno de felicidad y consolidación del Chavismo.
Nota: le doy la bienvenida a mi nuevo hijo Nicmer Daniel, que junto a mi esposa, mi hija Nicmery Fransheska, y mi madre, hacemos mi pequeña gran familia, y en nombre de ellos les deseamos a todo el pueblo venezolano la mayor dicha, el mejor trabajo y la más ardua lucha para hacer del 2014 un año pleno de felicidad y productividad.