Espacio crítico para la construcción socialista #207
Para la Real Academia Española de la Lengua, “aumento” significa en una de sus acepciones: “1. m. Acrecentamiento o extensión de algo.” Mientras que “ajuste” significa: “2. m. Encaje o medida proporcionada que tienen las partes de que se compone algo.”
Esto debe llamarnos a la reflexión. La medida anunciada por el gobierno nacional sobre el precio de la gasolina es un “ajuste” ya que después de 17 años es una acción proporcionalmente necesaria ante la inflación acumulada, tal como pasa en todos los rubros de la economía de un país que no está aislado del resto del planeta. El impacto en el presupuesto nacional del subsidio que existe, y la necesidad de obtener mayor cantidad de ingresos producto del valor del trabajo de la extracción y comercialización de un producto que es base de la economía nacional (medida socialista), versus un “acrecentamiento o extensión” de alguna ganancia o plusvalía de una empresa del Estado (capitalismo de Estado), tarde o temprano debe suceder, incluso en la economía más socialista del mundo. “
La posibilidad de ajustar el precio de la gasolina tiene de trasfondo aspectos psicosociales y políticos que han determinado la postergación de una decisión inevitable en cualquier economía del mundo: el precio debe representar como mínimo el valor del trabajo, y aún más cuando de este depende la economía de un país.
Sin embargo, es absolutamente razonable que en un país petrolero como Venezuela, ante una inminente medida como el ajuste del precio de la gasolina, se genere un debate necesario sobre la justicia o no de tal acción. En este sentido, el compromiso de un gobierno con pretensiones de producir decisiones socialistas, debe pasar por un debate y una consulta abierta a la participación de todos los sectores nacionalistas del país.
Sobre este tema se han desarrollado diversas propuestas, de las cuales rescato el valor de las plateadas por el economista Víctor Álvarez, exministro del Presidente Chávez, de quien no hay duda sobre su compromiso revolucionario. La posibilidad de someter la decisión a referéndum y que el contenido de la decisión popular incluya un sistema programado de los destinos de los recursos obtenidos es una salida profundamente socialista, democrática y participativa.
Es importante resaltar que la intensión del “ajuste” del precio no es, ni debe ser equiparar el precio a los márgenes de ganancia internacionales, sino, poder incorporar más recursos a las necesidades sociales de los menos favorecidos. En ese sentido, crear mecanismos que garanticen la fortaleza del ingreso producto del esfuerzo del trabajador, disminuir la inflación y consolidar la política de los precios justos, además de garantizar que el salario de los trabajadores no se convierta en “sal dentro del agua”, debe ser parte de las garantías que deben cumplirse por parte del gobierno conducido por el camarada Maduro.
La redistribución de la riqueza, sumada a una gestión eficiente y la lucha contra la corrupción y la violencia del hampa, deben ser los elementos articuladores para persuadir a las mayorías de una decisión crucial, que romperá con un estigma producto del neoliberalismo, y permitirá convertir una decisión política en un éxito más de la revolución bolivariana, socialista y chavista.