La potestad de nombrar a aquellos que ejerzan la rectoría de los ministerios, es decir, los ministros, es una potestad presidencial. Así lo estipula nuestra constitución. Quedándonos a los que constituimos la plebe, tradúzcase pueblo, tan solo la potestad de estar o no de acuerdo y por tanto preguntar.
Los ministerios son herencia de la cuarta república, por lo menos doce de ellos.
Recuerdo clarito, en uno de los primeros mensajes de nuestro comandante Chávez, desde la Casona, estrenando su banda presidencial, que dijo que 12 ministerios le parecía mucho y que estudiaría la posibilidad de reducirlos.
Hoy tenemos 30.
Por ello quiero hacer la salvedad, pues de esos 30 que tenemos hoy, que sean producto de la reflexión posterior de Chávez o que los consideró necesarios para el avance de tan gran proyecto de transformación, cosa que no voy a discutir, 12 fueron heredados, los otros 18 son hijos legítimos de la Revolución.
Quienes conocemos ministerios por dentro, los de la cuarta al menos, sabemos que anidan a cientos de adecos y copeyanos que protegidos por la inamovilidad postergada hasta el infinito, desde que hicimos la revolución, conviven en sus cargos en un quehacer constante para retrasar todo, para torpedear y atacar las gestiones de sus ministros, dos de ellos el de Salud y el de Educación, por no meter aquí el Despacho de la Presidencia, con bastantes adecos por dentro.
La burocracia, no la necesaria, como decía Chávez, sino la burocracia parasitaria, se propaga y se procrea no solo en los viejos ministerios sino en los 18 nuevos que son nuestro legado. Lentitud, atraso, desamor al público y matraca, son fantasmas que han tomado lo que debieron ser nuevas instituciones diferenciadas del viejo esquema que vinimos a cambiar y que pareciera multiplicamos.
Hoy, he esperado unos días para escribirlo, comienzan a expresarse los docentes, en relación al nombramiento de un joven abogado como ministro de educación, teniendo tantos prospectos patriotas capacitados realmente en lo que es docencia y educación, que no es poca cosa.
Igualmente existe el descontento por el nombramiento de funcionarios que ocuparon cargos importantes en la administración de Chávez y que Nicolás vuelve a traer a la palestra, condonando a dedo las reservas y dudas sobre su integridad como revolucionarios, así y solo porque es su potestad, como si no tuviéramos memoria. El ministro de Salud estuvo 3 años anteriormente en ese cargo y Chávez lo sacó, aún no sabemos muy bien por qué, el nuevo ministro del Despacho de la Presidencia igualmente por pedido de Chávez, entregó la gobernación donde había sido electo. Sobran en internet informes y especulaciones sobre sus casos.
El caso del Ministerio de Educación ya ha traído a la expresión del poder popular de opinar algunas expresiones entre las que me he leído la del camarada Sergio Briceño García en Aporrea..http://www.aporrea.org/educacion/a179903.html que no me deja tranquilo por su sobrada razón.
Del nuevo Ministro del Despacho sobran los escritos sobre su pésima gestión. De los Ministros que han sido nombrados como premio de consolación por su derrota en las recientes pasadas elecciones a nuestros candidatos, nace una sola pregunta es verdad, el Presidente Nicolás Maduro tiene la potestad de nombrar ministro a quien considere pertinente, pero, esos ministros son quienes, en sus manos tendrán la responsabilidad de que esta patria sea la patria que soñó Bolívar, que soñó Chávez y que estamos soñando todas y todos sus hijos e hijas.
Ojalá y estos señores nos sorprendan, pues si no, seremos nosotros quienes deberemos sorprenderlos en nombre de nuestra revolución bolivariana y chavista.
Es su potestad, camarada presidente es verdad, ojalá y sean aciertos antes que terribles y garrafales errores que nos cuesten la revolución.
#ChávezSeHizoMillones