Piedras en los zapatos de la revolución

La semana pasada venía yo de comprar dos libros y los traía en una bolsa colgante. Los había comprado en una librería que queda cerca del Abasto Bicentenario ubicado en el centro comercial Zulia en Puerto Ordaz. De pronto me paró un señor de unos 50 años, y me soltó: ¿Qué conseguiste? El señor pensó que yo venía del Bicentenario. Le respondí: libros. Y le enseñé la bolsa. Y me dijo de seguida: “Por lo menos encontró libros, pero y lo demás… ¿Qué hacemos… amigo, qué hacemos?” Y sin dejarme hablar, volvió a la carga: “¡Qué vaina compañero!... No hay harina precocida, no hay mantequilla, ni arroz, ni pan, ni queso, menos papel tóale. La carne cuando viene le cae la gente como zamuro, y así sucede con el pollo que viene del Brasil.

Tal como me preguntó este señor, a quien por cierto no conocía, pregunto, para mis adentros, “qué es lo que está pá sopa”, como decía el personaje de Franklin Virguez (Eudomar Santos), de la novela “Por estas calles”, estrenada el 25 de junio de 1992. ¿Qué está pasando? ¿Cómo es posible que la harina precocida le falte al pueblo. Como es eso que los productos que enumeró el señor que se topó conmigo, no se consiguen sino graneados, de aquí y de allá, en colas, y a través de los mensajes de las redes sociales. Pero además faltan las medicinas crónicas y las no crónicas. Para mí que aquí hay gato encerrado, como dice Luis Guillermo García en su programa “Entre todos”.

Dios santo, todo poderoso, aquí como que hay muchas manos peludas metidas en esta desestabilización pasito tuntún, que están buscando que el pueblo pierda la paciencia y se arreche. ¿Contra quién? Estoy seguro que no va hacer contra el gobierno que preside Nicolás Maduro. Pues, él y su gobierno han hecho y están haciendo lo posible y lo imposible por abastecernos de los alimentos y de las cosas de primeras necesidades. No es culpable que falte la harina precocida, que se hace con maíz, bien producido en el país, o importado. Pero maíz hay por bojote. Lorenzo Mendoza, dueño de Alimentos Polar, tiene mucho que ver en esto. ¿Y la mantequilla? ¿Y la leche? ¿El papel tóale? ¿A dónde vamos a llegar? El Presidente Nicolás Maduro debe estar bien informado de este desastre. Por lo tanto, debe tomar las medidas necesarias y urgentes antes de que la cuestión se embochinche.

Los chavistas tenemos aguantes, pero ¿Y los otros? Los que no son chavistas y están a la espera de un motivo para salir a la calle a quemar cauchos, cerrar calles y avenidas, a quemar carros, romper vidrieras, etcétera. Los ministros tienen ojos y tienen oídos. Sus familiares van a los abastos Bicentenarios, Mercal y PDVAL. Las medidas hay que tomarlas antes, no después que se prenda una candelita, por aquí, otra por allá, y no se puedan controlar… Ojo pelado, Presidente. Estas piedras molestan en los zapatos de la revolución. ¡Volveré!.



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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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