Alimento extraño para nuestros primeros pobladores, quienes como pan utilizaban el Casabe, la harina de Maíz, y harina de algunos frutos de diferentes palmeras, además de diferentes tubérculos comenzando con la papa.
Introducida la harina de trigo por los conquistadores españoles, no tuvo mucho éxito la siembra del grano que la produce en el territorio venezolano, apenas subsistió la producción autóctona de la harina de trigo en la región andina, actualmente casi desaparecida.
Sin embargo hoy por hoy esta harina se ha convertido en un elemento esencial en la dieta del venezolano a la par de la harina de maíz, ambos rubros difíciles de obtener en la actualidad en el mercado nacional. En el caso de la harina de trigo de la cual me ocupo en este articulo, hubo un momento en que la pasta alimentaria de harina de trigo, llegó por lo barato a convertirse en el plato fundamental de la dieta de los sectores más desposeídos de nuestro espectro social, desplazando por mucho a la caraota negra que por siglos fue nuestro plato básico nacional.
De la pasta alimentaria, ante la pobreza extrema de un sector abultado de nuestra población llegó a utilizarse el agua de cocción de la misma como sustituto de la leche en los teteros de los niños pequeños, hoy problema superado desde el punto de vista del aumento de las posibilidades adquisitivas de la población, no así el de la escases de los productos lácteos que al igual que la harina de trigo y otros rubros alimentarios son difíciles de encontrar en abastos y supermercados como ya expresé antes.
Pero volviendo al tema de la harina de trigo, producto cien por ciento importado del exterior, hoy me entero por la prensa, que las heladas superlativas de los países del norte han dificultado su exportación a Venezuela. Al parecer nuestro país desde hace muchas décadas esta amarrado a la importación exclusiva del trigo del Canadá (trigo por cierto de muy alta calidad), y aquí viene la pregunta objeto de este articulo, ¿Será que el trigo de los países hermanos del sur de nuestro continente, no llena los requisitos mínimos de calidad que necesitamos? ¿Será que su producción es insuficiente para la exportación? ¿Si por razones comerciales estamos atados al trigo Canadiense, no habrá la posibilidad que su importación en la época de invierno nórdico, sea sustituida durante esa época por la importación del trigo Argentino por ejemplo? Y por último, ¿Será que la voluntad política de nuestro gobierno para dar este paso está maniatada por otra índole de intereses, o en definitiva, él o los ministerios a quienes compete no se han paseado por esta posibilidad?.
ARNALDO COGORNO. C arnaldocogornoc@gmail.com