Quedó claro este domingo 26 que en la derecha de este país hay un sector irreconciliable con la paz, que apuesta al caos y que tiene cabida en los medios de comunicación, sobre todo los de prensa escrita, que reaccionan formando juego cerrado con ellos, en la aspiración de ejercer una especie de chantaje con el cuento de que el gobierno actúa contra la libertad de expresión, cuando se sienten descubiertos de la trácalas cometidas con la importación de papel periódico, que como quedó demostrado ante las cámaras de VTV por el ex parlamentario Gastón Gisandes, relacionaban cantidades falsas superiores a lo requerido cuando lo necesario era mucho menos, lo cual ha quedado al descubierto con la grandes cantidades de estos insumos, encontrados aun sin retirar en los puertos, lo cual devela el funesto propósito de crear una crisis artificial para seguir abonando la guerra económica, que con ayuda de los medios le han declarado, no al gobierno, sino a la población venezolana, buena parte de la cual, engañada por ellos, se cree la versión de que es el gobierno quien limita el flujo de insumos para la prensa para ahorcarlos económicamente.
Pero resulta que providencialmente, hemos entrado en una etapa en que el juego electoral no le va a servir de palanca para sus propósitos porque tendremos dos años de receso comicial, lo que da origen a una coyuntura desconocida en los últimos 15 años, y entonces los órganos reguladores y responsables de la aplicación de las leyes que regulan la comunicación mediática en este país, tendrán que actuar y demostrar que por encima del chantaje están las leyes.
Con motivo de las jornadas de lucha del gobierno de Maduro, para motivar al pueblo en la búsqueda de la paz y la vida, los medios van a tener que mostrar su real cara, o están ganados para, como debe ser, accionar su poder de penetración en la población para coadyuvar en la difícil empresa de minimizar la inseguridad, o simplemente se cuadran con los criminales, continúan en su amarillismo desbordado, desde hace algún tiempo trasladado de la ultima página como era costumbre, a las primeras páginas en una demostración de cinismo y de falta de profesionalismo, sin importarle el mal que le hacen a grandes capas de la población, sobre todo jóvenes y adolescentes, lo saben pero se resisten de manera descarada, como para crear una crisis falsa que a nivel internacional haga aparecer el gobierno de Maduro como una dictadura, mostrándolo como un enemigo de libertad de expresión.
Otra postura es difícil esperarla de los medios, mejor de sus dueños, simplemente porque están supeditados y comprometidos con un guión dictado por el gobierno gringo cuyo objetivo es colocar frente a los destinos de esta Patria gobiernos títeres y marionetas como todos los que durante la 4ta república, casi que dan al traste con nuestras riquezas y soberanía, disminuidas al máximo mientras la pobreza excesiva, el desempleo, la falta de acceso a la educación y a los servicios, entre muchas otras causas lo que hicieron fue anidar la criminalidad que hoy padecemos tan o como antes pero que era casi que patrocinada por los medios porque eran satélites del gobierno de turno y por lo tanto no mostraban en sus páginas la realidad de una criminalidad, que incluyó lo que ahora con la Revolución hemos conocido como los asesinatos selectivos, los desaparecidos por miles y un caldo de cultivo de un marginalismo que ahora el gobierno bolivariano está luchando por revertir.
Ahora bien, al parecer los dueños de los medios olvidan que ya han sido derrotados y el más claro ejemplo de esa derrota fue lo que es historia que vivimos los venezolanos cuando el golpe del 11 de abril del 2002 y el posterior paro petrolero, aupado por sus empresas mediáticas, casi que en su totalidad y durante las 24 horas, más de 60 días, olvidan también que el pueblo ha cambiado y aprendido a discernir dónde está la verdad y quienes aun se resisten a ver esa verdad, poco a poco se irán convenciendo de que están en un error, que lamentablemente por su envenenamiento mental inyectado precisamente por los medios, les ha llevado incluso hasta oponerse a todo lo que actualmente se está haciendo en búsqueda de la paz.
Quienes fungen como cabecillas, pues no merecen el calificativo de líderes como es el caso de la Maricori y Leopoldo López, que llaman a la calle, a apagones y a protestas, se van a quedar con los crespos hechos y cada vez más aislado, pues por encima de sus odios y compromisos subalternos con intereses foráneos, está el deseo de un pueblo a lograr lo que hoy por hoy es su principal objetivo que es la seguridad de su vida y bienes para que la felicidad de vivir en este país sea completa.-