Si se tiene aunque sea un ápice de conciencia, si nos despojamos por un momento de la carga ideológica que muchas veces se supedita a intereses subalternos como el odio, las ansias de poder, si se colocan por encima de manifestaciones que por lo general lo que han hecho es entorpecer buenas intensiones, fracasar planes que si no hubiesen encontrado en el camino obstáculos que han buscado que la gente, que más que gente es considerada como simples votantes en una elección, permanezca indiferente y a veces hasta participantes en acciones de sabotaje, las cosas hubiesen sido de otra manera y los resultados mucho más positivos que los que se han venido logrando en un fenómeno tan complejo y difícil como es el de la inseguridad.
Si un logro hay que reconocerle al gobierno del Presidente Maduro, a pesar de que como él mismo lo ha denunciado, los medios se han esmerado a ocultarlo, es el meter en cintura a los gobernadores y alcaldes de la oposición que al no quedarles otro camino y otra alternativa se han visto obligados a jugar cuadro cerrado con los organismos nacionales de seguridad y a tener que aceptar que las estrategias establecidas son las más adecuadas y definitivas para que al dividir las comunidades en los llamados cuadrantes en el marco del patrullaje inteligente, el pueblo tenga a su disposición una garantía de seguridad y de paz.
Por ello vimos al lado del ministro de la seguridad y de los Jefes operacionales a los alcaldes de oposición de la gran capital y ojalá que esa presencia y la disposición manifiesta de mantenerse en total coordinación con los demás eslabones de la cadena de poder, Nacional y Regional sea sincera y no sólo contribuya a la efectividad de los planes, sino que estén en capacidad de rechazar la presión y la campaña de los intrigantes sin rescate que desde la ultraderecha, siguen empeñados en producir el caos y desestabilización, porque para eso les pagan, todo el mundo sabe quienes son esos falsos líderes que fungen como cabecillas de ese grupo irreconciliable con la paz y más temprano que tarde morderán el polvo del olvido, por estar en un intento fallido de nadar contra la corriente y contra, por fin, la cristalización de un logro que viene a constituirse como la solución definitiva para arrinconar al hampa en todas su variantes y demostrar que sí se puede convertir al país en un territorio de paz y libre de violencia.
No hay excusas, la mesa está servida. Los territorios divididos en cuadrantes, dotados cada uno con transporte adecuado, comunicación permanente entre funcionarios y pueblo, monitoreo inteligente en tiempo real, es como el montaje de una estrategia perfecta en la cual no ha quedado nada sin considerar, por ello los resultados no podrán ser sino positivos a corto, mediano y largo plazo, y cuando ello suceda y no pueda ser ocultado por los medios entregados al despliegue de lo negativo en su amarillismo pertinaz, ni refutado por los arrastrados a los amos imperiales, una vez más la Revolución Bolivariana se anotará otro triunfo incuestionable, que nadie podrá escamotearle y que contribuirá a estabilizar aun más un proceso que hace 15 años llegó para quedarse por siempre.-