Hay hechos delictivos muy cercanos a los trabajadores de instituciones de gobierno (recientemente asesinaron a un personal de la presidencia) y a personas notables del país, este fenómeno es un acto que aterroriza a la sociedad y nos indica que hay operadores de la muerte aumentando la “inseguridad”.
La economía anómala venezolana sufre el saboteo de los acostumbrados a lambucear las utilidades del petróleo: la burguesía mercader venezolana. Utilizan un guion direccionado desde el norte y repetido en los países que potenciamos el MERCOSUR y la CELAC de manera decidida como oposición histórica a la dominación gringa.
La terrible actitud de los distribuidores de alimentos, así como las condiciones anómalas de su importación, alteran la paz espiritual de la sociedad y amenazan la estabilidad psicológica del pueblo, motivando el desespero y el egoísmo, así como la fragmentación social, motivando el Leviatán de la sobrevivencia.
Muchos de mis compatriotas opinadores han decidido, ante estos hechos, enfilar sus escritos contra el presidente Nicolás Maduro y cimentar sus opiniones en clásicos, ejemplos de otras latitudes, tesis inconclusas. Muchas veces sin praxis social en este tiempo, se objeta a nuestro presidente antes de mirar el contexto global de la agresión que sufrimos como nación bolivariana.
Por eso convoco a ubicar los enemigos correctos en este tiempo, observar que en nuestro país se está desplegando el plan del imperialismo para implosionarnos e invadirnos.
Nuestros enemigos están en la división y el chantaje, el gobierno efectivamente del pueblo comienza por que cada uno asuma posición de gobernante y no de opositor eterno y permanente.
Soy de los críticos desde la acción y el pensamiento; estoy convencido que es el tiempo de cerrar filas en la defensa de lo dejado por el Comandante Eterno Chávez: una Revolución victoriosa con Maduro al frente.