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He observado una hiperactividad en el Capitán Diosdado Cabello desde cierto tiempo para acá. Hoy lo vemos dando una arenga a los chavistas de algún estado, mañana en una operación de inspección de alguna empresa. O si no lo vemos dictando una conferencia a los militares. De pronto lo vemos en el estado Zulia, y el día siguiente está en Delta Amacuro. Arenga para todos: pescadores, estudiantes, militares, campesinos, trabajadores, técnicos, y pare usted de contar. Me llama la atención este afán del Capitán por aparecer en actividades alejadas de su condición de Presidente de la Asamblea Nacional. Y ruedas de prensa a cada rato.
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A mi modo de entender esta es una señal. El Capitán Diosdado Cabello le está enviando una señal a los chavistas, más que a otros sectores. Eso de estar quitándole la competencia al ministro del Interior, Miguel Rodríguez Torres, o de Andreína Tarazón, da mucho que pensar. En fin, el Capitán está moviéndose como un peso pluma. Se tomó en serio lo de que él aparece como el segundo hombre de mayor poder en el gobierno revolucionario que lidera Nicolás Maduro Moros. Siempre se ha dicho eso. Pero ahora, ante los ojos de propios y extraños, él mismo lo está ratificando. Y tiene con qué: Presidente de la Asamblea Nacional y Vicepresidente del poderoso Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
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En efecto, está inusual actividad de Diosdado Cabello (siendo que preside uno órgano tan importante como lo es la Asamblea Nacional), donde le está haciendo peso en la competencia de otros ministros o gobernadores, es algo que llama poderosamente la atención. Es posible que dentro de pocos días analistas internacionales comiencen a dar sus versiones a los diarios de la derecha europea o de los Estados Unidos. Los laboratorios de fabricar guerras y desestabilizaciones, podrían tener en esta actividad del Capitán Cabello, un abono perfecto para tratar de sembrar rencillas entre Diosdado Cabello y Nicolás Maduro.
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Siempre se ha dicho que el hombre duro y de gran poder tiene nombre y apellido: Diosdado Cabello. El sabe lo que está haciendo y para qué trabaja. Se muestra, ante los ojos del chavismo y de la derecha amarilla, como el más duro y radical. Sus declaraciones a menudo son tremendistas. Sería interesante saber que pensamientos deambulan en la cabeza de quien se dice ser hijo de Chávez. Sus vínculos con la cúpula militar, según dicen, sería muy estrecha y goza de simpatías dentro del sector castrense. Esto último, confieso, es pura especulación, pero… ¡Volveré!
¡Chávez vive, la lucha sigue!
Puerto Ordaz, 6 de febrero de 2014