En la guerra económica a que nos tiene sometidos el imperio por intermedio de los apátridas que aquí actúan, tarifados para defender sus intereses, encontramos estrategias como el acaparamiento que genera desabastecimiento y aumento de los precios de manera desmesurada, lo cual eleva a índices imprevistos y a toda vista inducidos la inflación, todo lo cual busca crear en el pueblo actitudes de rabia, frustración y rechazo contra el orden constituido, porque las matrices de opinión que se manejan en los medios buscan endilgarle al gobierno la culpa de todos los males que distorsionan de manera artificial el orden de la economía venezolana, si a ello se suma el contrabando que alcanza cifras astronómicas, es de suponer que si no se contrapone a todo ello una acción severa, fuerte y decidida del gobierno, el resultado es el caos que es lo que en definitiva busca el gobierno del Norte y sus lacayos de aquí, a quienes no les importa para nada la patria, ni las vicisitudes a que están sometiendo al pueblo.
Las fallas provocadas son casi que en la totalidad de los productos nacionales e importados que afectan a corto plazo el nivel de vida de la población tales como alimentos, medicamentos, repuestos, insumos para la transformación de las materias primas etc.
Pero hay un área muy sensible que aunque no se reciente a corto plazo, ya está comenzando a sufrir las consecuencias por la falta de materiales, es el sector industrial, que requiere de permanente mantenimiento para sus maquinarias que ya comienzan a presentar fallas pues por ejemplo no se consigue por ningún lado ni a ningún precio, el alambre de cobre esmaltado y de magneto para embobinado de toda clase de motores y transformadores, barnices y aisladores en sus diferentes presentaciones, unidades de arranque y marcha, swiches y contactores, sin contar otras fallas que amenazan con una parálisis a mediano plazo de muchas industrias que afectarían gravemente la producción de bienes esenciales en todas la aéreas, igual sucede con las materias primas para la fabricación de prótesis dentales y ortopédicas para no mencionar otras áreas.
Se sabe que en estos rubros hay acaparamiento por lo que se requiere que la nueva ley y sus bondades se oriente también hacia esos sectores de los cuales poco se habla y poco se atienden.
Si a lo anterior se suma el que hay industriales que pararon la producción o fabrican a ritmo de morrocoy, para sumarse a la guerra económica, tendremos que aceptar que el problema reviste condiciones de apremio para nuestra economía, con consecuencias políticas impredecibles, que es lo que en definitiva busca la derecha venezolana.
Lo que aquí escribo lo hago porque conozco a varios técnicos de talleres en donde muchas maquinas y motores permanecen abarrotando sus espacios, a la espera de que se haga el milagrito y aparezcan los insumos que permitan recuperar la maquinaria.
Me cuenta un técnico vecino a mi oficina muy cotizado y conocido, que en su taller reposan motores que usa CORPOELEC y que no ha podido recuperar debido a la imposibilidad de conseguir con qué hacerlo.
Por ello se hace necesario que de manera urgente el Ministerio del Comercio, ahora en manos de un funcionario como el Geógrafo Dante Rivas, quien se ha ganado buena fama de eficiente, se ocupe de buscarle solución a este problema que se vive aquí en el Táchira, entre otras razones, porque contra ello actúa en buena parte el contrabando, porque somos frontera, pero que seguramente se repite en otras partes del país y que sin exagerar podemos decir que tiende de manera progresiva a perjudicar grandemente el parque industrial, lo cual sería un triunfo para los enemigos de la Patria ya que estarían logrando asestarle un duro golpe a un área que es el corazón de la economía del país.