Piromanía viral

Nerón fue acusado de incendiar Roma y mientras la veía arder, tocaba la lira.
Hoy Ramón Muchacho, burgomaestre, es acusado de cómplice por omisión de incendiar Chacao, su pequeña Roma y mientras la ve arder, solo sabe tuitear incoherencias.

Nerón al ser inculpado del incendio de Roma inventó otro culpable, los cristianos. Los persiguió y fueron crucificados y echados a los perros en fastuosas orgías organizadas en los jardines de su palacio.

Muchacho en su pequeña Roma, al ser señalado de cómplice e inepto, tuitea culpando a la GNB. No tiene a quien más culpar y se ridiculiza con sus espavientos vacíos de sentido. ¿Qué pasaría en Chacao si los jefes de este Muchacho tomaran el poder en Venezuela? Nerón sería un pendejo ante el genocidio que viviría Venezuela. Los cristianos unos santos ante los martirios, las torturas y los crímenes contra el pueblo que ensangrentarían sus manos sedientas de poder.

Su pequeña Roma no es un imperio ni él tiene estatura de emperador, simplemente un cipayo que obedece órdenes en inglés. Van cayendo los muertos sobre su conciencia, se va convirtiendo en infierno su municipio y se hace cenizas su liderazgo.

Chacao se asfixia en el fuego destructor del neo fascismo burgués, al igual que las alcaldías, pocas alcaldías, en manos de gobernantes opositores a la revolución. Los niñitos de papá, hijos de la clase media han sido tornados en piromaníacos compulsivos, soldados del odio y del fascismo naciente, que si hoy quema cauchos y sesga vidas, mañana los tornará en criminales confesos.

Piromanía. El fuego del odio no incendiará jamás la conciencia de los pobres, podrá tan solo llenar de humo la historia. El fuego del odio destruye mientras el fuego creador arde en los pechos de quienes aman la paz.

A los pirómanos de la MUD les falta lo más importante, les falta pueblo. Solo el pueblo y su ira pueden incendiar la historia para derrotar las injusticias que lo oprimen, pero aquí nadie oprime al pueblo, aquí solo reclaman los ricos.

Bienvenida UNASUR, podrán constatar de cerca la verdad vedada por CNN, los llevaremos a Chacao, Altamira, Valencia y San Cristóbal, con la certeza de escucharlos denunciar ante el mundo la gran trampa mediática de los violentos. Los llevaremos al 23, a la Vega, a Pinto Salina o cualquier pueblo del resto de Venezuela y podrán testificar que este país está en paz, trabajando y simplemente soportando la ira de los ricos, desatada en sus calles. Aquí son solo los ricos quienes están guarimbeando.

¡Amando Venceremos!


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Raúl Bracho


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