Partamos de la siguiente pregunta: ¿Es Venezuela un país capitalista? Esta pregunta se puede responder de dos maneras: la primera afirma que fue y sigue siendo capitalista ya que el modelo de producción en el país en su etapa petrolera sigue siendo explotador y concentrador de capital, a pesar de que lo hemos definido como “rentista”, producto de la dependencia extractivita, así entonces el modelo económico es de un tipo de “capitalismo rentista”.
Una segunda respuesta puede poner en duda la existencia del capitalismo ya que este modelo parte de un proceso de industrialización explotador que en Venezuela no se ha dado ya que sólo dependemos del rentismo petrolero monopolizado por el Estado, sin que esto esté acompañado de un proceso de industrialización diversificado que haga de la estructura económica nacional un modelo que explote sus medios de producción si quiera para el abastecimiento básico de sus necesidades, por tanto Venezuela es “rentista” a secas, aunque aguas abajo se desarrolle un modelo capitalista en la distribución de la renta.
Seguro esta discusión es más compleja, pero en lo que coinciden las dos respuestas es que somos rentistas, esto implica en nuestro caso que dependemos de un modelo extractivista, no productivo, cuya ganancia es desproporcionada en relación con la fuerza de trabajo productivo que este modelo implica.
Por tanto, uno de los grandes logros de Chávez es haber nacionalizado la renta que antes estaba en manos de trasnacionales, pero aún seguimos siendo rentistas, y lo que queda en duda es que hayamos sido o seamos capitalistas. Sin embargo esta acción concreta, a partir del rentismo que se mantiene, nos aleja de quienes si han sido y son capitalistas, las trasnacionales petroleras, en un nivel tal que se adquirió un mayor grado de soberanía sobre nuestra riqueza, y lo más importante es que se logró una redistribución de la misma más equitativo a través de las misiones y toda una serie de políticas que han generado mayor igualdad.
Esta acción, por si misma no es socialista, pero al distanciarnos del capitalismo nos ha enrumbado en la posibilidad cierta de una transición al socialismo, que en la actualidad aún es aceptada mayoritariamente por el pueblo venezolano que ha adquirido mayor conciencia política sobre nuestra situación económica, a pesar de la resistencia de algunos sectores político y económicos.
Si a esto le sumamos las siguientes premisas, definidas y reafirmadas permanentemente por el Presidente Chávez:
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El gran problema económico de muestro país es el rentismo petrolero.
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Nuestra burguesía, a diferencia de otras en América Latina, es parasitaria, esto quiere decir, poco o nada productiva y dependiente de la renta petrolera.
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El gran reto de nuestro país es “sembrar el petróleo”, lo que implica un proceso de industrialización acelerado y diversificado.
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Nuestro país, como consecuencia de ser la principal reserva petrolera comprobada del mundo es un objetivo estratégico para el control imperial.
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El capitalismo es el causante de la destrucción de la humanidad y el socialismo su única alternativa.
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Nuestro proyecto político es fundamentalmente anticapitalista y antiimperialista.
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Y como dijo el mismo Chávez el 8 de diciembre de 2012: “No faltarán los que traten de aprovechar coyunturas difíciles para, bueno, mantener ese empeño de la restauración del capitalismo, del neoliberalismo, para acabar con la Patria.”
La gran pregunta es: ¿En que ayuda el SICAD 2, a la profundización de estas premisas, y en especial a la lucha contra la “restauración capitalista” de la distribución de la renta petrolera? Entendiendo por SICAD 2, la colocación de parte de las divisas producto de la renta petrolera en el libre mercado, principio fundamental del capitalismo.
Supongamos sin embargo, tal como dijo el Profesor Vladimir Acosta en su último programa en Aporrea Radio, que es absolutamente lógico y conveniente, en un país que sigue siendo “capitalista” establecer un diálogo con los sectores burgueses para lograr el incremento de la producción nacional, entonces: ¿Qué tiene eso que ver con la colocación de parte de las divisas producto de la renta en un mercado libre?
Sin embargo, suponiendo que es inevitablemente necesario hacerlo así, para garantizar el incremento de nuestra capacidad productiva: ¿Por qué no se hizo desde un principio, en lugar de esperar a que la crisis económica llegará a la actual situación?, ¿Es el SICAD 2 una medida que ayudará realmente a superar de raíz el rentismo petrolero?
Responder estos dilemas, son parte de un gran reto, en función de atacar cualquier vestigio de confusión entre quienes comprendemos que la construcción del socialismo no es un proceso lineal ni establecido en un guión inalterable, pero cuanta falta hace que se nos explique cómo con esta nueva medida económica que afectará todos los bolsillos de los venezolanos, podemos avanzar en el arranque real de un modelo productivo, con base en una burguesía que desde un principio hemos caracterizado como parasitaria, quizá con algunas excepciones.
No creo en la ortodoxia de que sólo sobre el control de cambio se construye el socialismo, pero: ¿Son estos capitalistas parasitarios sobre los que se soporta la posibilidad de sentar las bases para seguir construyendo el socialismo en Venezuela o es sobre el Poder Popular organizada en empresas de producción y propiedad social? ¿No es posible aún crear un modelo productivo alternativo? ¿Después del SICAD 2 cuál es el siguiente paso para seguir construyendo socialismo? Por favor, expliquennos, para evitar así mayor confusión.