A mis camaradas del EPA

A mis queridos camaradas del EPA.

Me encuentro en la fase inicial del tratamiento que me están realizando en busca de frenar el desarrollo del cáncer que me atacó -sin avisarme- el pulmón derecho. Las quimioterapias hay que vencerlas, primero, sicológicamente para que entren y funcionen por el cuerpo humano sin crear mayores daños físicos. Muy tarde vine a convencerme que el cigarrillo no le produce ningún bien al organismo humano. Pero nunca estuve equivocado al recomendarle a los jóvenes del EPA que no fumaran por ser un vicio dañino a la salud pero no supe ser un buen ejemplo para ellos porque terminaba fumándome los cigarrillos que ellos rechazaban.

Las guarimbas no son originarias del pulmón de la patria y mucho menos del corazón de la mayoría del pueblo venezolano. Tienen el sello made in USA que no puede ser negado por quienes las han asumido como medio para conquistar el fin que los atormenta: derrumbar el Gobierno que preside el camarada Maduro.

Me siento profundamente complacido de la forma en que El Pueblo Avanza (EPA ) ha respondido a las exigencias políticas en este difícil y comprometido momento en que vive el país. Los camaradas del EPA han actuado pensando, analizando, meditando, contemplando y reflexionando sobre los hechos producidos y los personajes que se han destacado en ellos. Los mecanismos de las reuniones y las consultas  han funcionado muy bien. Por eso, en las circunstancias de guarimbas, se han establecidos sólidas relaciones políticas y de camaraderías con otras organizaciones revolucionarias que debe procurarse mantenerlas en el tiempo. Las conclusiones a que han  llegado han sido las correctas y por eso han podido ser aplicables sin  mayores obstáculos. Nosotros, siempre hemos creído que un fin justo también conlleva un medio justo. Las guarimbas son un medio injusto en este momento de la historia venezolana. Es una expresión de violencia irracional y sin vínculos con una estrategia política sustentable en argumentos válidos y humanitarios. Siempre hemos denunciado la desobediencia social como un arma de doble filo pero, especialmente, en favor de los oscuros y leoninos intereses de los grandes monopolios económicos que expolian las riquezas de los pueblos dejando a éstos en pobreza y sufrimiento. Camaradas nuestros, especialmente en el Táchira, han sido víctimas de los guarimberos pero eso no han hecho que los militantes pierdan el norte. No se ha caído en las trampas mortales de los guarimberos que anhelan extremar la violencia con sólido apoyo de paramilitares y sicarios colombianos y venezolanos.  y expertos en creaciones de caos o anarquía.

Jamás hemos sido amantes de la violencia y menos de esa que se ejecuta con irracionalidad sin detenerse a pensar en las nefastas consecuencias que acarrea pero, al mismo tiempo, nunca nos hemos enamorado del pacifismo y menos de ese que con misticismo y hasta con nihilismo se resigna a todas y cada una de las tropelías que cometen explotadores y opresores de pueblos. La situación que ha vivido el país, producto de la política de desobediencia civil a través de guarimbas, nos ha demostrado una vez más que nuestra política de formación integral, por medio de las escuelas, ha sido certera y correcta y debe continuarse, sean cuales sean las circunstancias del momento. Podemos decir que la militancia del EPA, con mucha modestia y humildad, está capacitada para enfrentar con éxito las políticas más agresivas, violentas y represivas de cualquier gobierno que se instale fraudulentamente en el país. Nunca quisiéramos que hubiese necesidad de la violencia. Jamás llamaremos a ella si no están dadas las condiciones ideales -objetivas y subjetivas- que la justifiquen pero nunca dejaremos de  invocarla cuando las condiciones ideales determinen su justificación.

El EPA, como organización política revolucionaria, no posee los recursos económicos  de que disfrutan otras organizaciones revolucionarias y hermanas. Nunca envidiaremos lo que otros tengan y nosotros no. Nunca hemos ido a ninguna institución del Estado nacional, ni regional ni local a solicitar prebendas alegando que somos partidarios del Proceso Bolivariano y, por tal razón, tiene derecho a prebendas. Tampoco somos conformistas pero sí optimistas en la visión de conquistar el futuro que pertenece al mundo por razón de la historia misma del género humano. Los sucesos, conocidos como guarimbas que han pretendido derrocar el Gobierno que preside el camarada Maduro, han servido para reflexionar sobre muchos aspectos de la política, de la situación del país, del contexto internacional, de la correlación de fuerzas, de tácticas y hasta de estrategia. En la mayoría de nuestros análisis, puestos al conocimiento público a través de la página aporrea y del periódico ''Redención'', hemos dicho lo que para nosotros son criterios indispensables de considerar a la hora de análisis o reflexiones políticas. No nos hemos equivocado, así lo creemos. Hemos, por lo general, acertado aunque casi nadie nos haya prestado atención. La historia siempre será el más sagrado e inapelable de todos los tribunales que juzgan, sentencian o absuelven  hechos y personajes. Nos someteremos siempre a ella.

Queridos camaradas: no deben dejar de pensar, de meditar, de contemplar, de analizar y reflexionar sobre las diversas problemáticas que vive el país y, especialmente, sobre las reacciones violentas de quienes pretenden que volvamos a lo peor del conservadurismo político del pasado. Nada debe hacernos caer en provocaciones; no cometamos el error de tomarnos la atribución de hacer justicia por nuestras propias manos; no nos dejemos influenciar por grupos extremistas - sean de derecha o de izquierda- pero tampoco por quienes piden la resignación suprema alegando que todo es decidido en el Cielo y en la Tierra sólo nos toca obedecer como esclavos de los poderes sobrenaturales del Ser Supremo. En fin: no den pasos en falso. Cualquier error en este momento se paga caro y si se comete hay que rectificarlo de inmediato. Seguro estoy que ustedes están preparados para afrontar cualquier situación e incluso la más adversa posible. Nosotros, tampoco andamos buscando espacios de protagonismo ni que nadie crea que somos la súper organización para enfrentar situaciones adversas. No, sencillamente, en nuestros 12 años de existencia han sido unas cuantas las cosas que hemos aprendido, muchas las que hemos dejado de aprender y demasiadas las que aún tenemos que aprender.

Si en el país se produjese un golpe de Estado  o una situación de desobediencia civil que deponga el sistema político o al Proceso Bolivariano, seguro el EPA, masivamente, sabrá qué hacer, cómo responder, hacia dónde dirigirse, cómo empezar y, sin duda alguna, en lo más inmediato posible hacer una declaración pública asumiendo la lucha armada o la violencia revolucionaria como la forma  principal de lucha política del momento, es decir, contra los golpistas que se instalen en el poder político deponiendo al Gobierno del camarada Maduro por la fuerza de las armas o de la violencia contrarrevolucionaria. Creo que es un momento oportuno de decir o llamar las cosas por sus nombres verdaderos sin que ello signifique obstáculos para las políticas de concertación sobre la paz adelantadas por el Gobierno y sectores del Proceso Bolivariano y de la Oposición. El Gobierno que preside el camarada Maduro tiene la obligación de reflexionar profundamente para determinar, con acierto, dónde es necesario rectificar, dónde profundizar, cuáles deben ser las nuevas políticas para ser aplicadas al servicio del conjunto social venezolano, con quiénes adelantar alianzas duraderas y con quiénes mantener la distancia; en fin, es el Estado el principal llamado a implementar políticas que enseñen y garanticen caminos de paz.

 Decir verdades no significa que estemos declarando amor por la violencia como tampoco por la sumisión de los pobres ante los ricos. Y, al mismo tiempo, no debemos sentir escalofrío por aquellos que nos critiquen tratando de convertir a los movimientos o grupos políticos de izquierda o revolucionarios  en sólo opinadores de oficio sin que jamás den el paso necesario para la práctica social.   

Queridos camaradas: hay que seguir andando haciendo el camino. Ustedes saben hacerlo de la mejor forma posible. Con fraternal abrazo.



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Freddy Yépez


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