1
Henrique, me solidarizo contigo. Ahora, no te aceptan en sus marchas. No desean que tú hables. Que te montes en la tarima. Eso es desconsiderado. No acorde con lo que tú has hecho por el país. Te jodiste en dos campañas electorales. Una contra Chávez y otra contra Maduro. Perdiste en ambas. Pero eso le pasa a cualquiera. Te salieron callos, pateando las calles de Venezuela, apoyando a los candidatos de la MUD en las pasadas elecciones municipales. Ganaron los chavista abrumadoramente las alcaldías. Pero eso no justifica que la gente de Voluntad Popular, te rechace. No vale la jugada. Son quienes apoyan a los guarimberos. O sea. Los violentos y criminales. O sea, cosa que tú rechazaste desde un principio. Dijiste que no querías atajos. Fuiste muy claro. Ahora, ¿qué pasa? Sencillamente, recibes palo parejo de ambos bandos: los chavistas y los mercenarios de VP.

2
O sea, no te reconocen lo que tú has hecho por la gobernación del estado Miranda y por el país. Tú, Henrique, amigo, te partiste el lomo, pateando las calles de todo el territorio nacional, inclusive a Ciudad Bolívar, donde te comiste una soapara. Recorriste el país 20 veces, en las tres campañas, sin contar la de las primarias, que tú, líder inigualable, ganaras ampliamente. Y le presentaste al pueblo venezolano un proyecto de país, jamás visto, que dejó chiquitiiiico, al Programa de la Patria de Hugo Chávez, quien te venció, pero en buena lid. Ahora tú no sirves, ¿qué vaina es esa? Ya se olvidaron, la mayoría de tus seguidores, de aquel grito de guerra que lanzaste ante las cámaras de televisión: “Salgan a la calle a manifestar con arreeechera”. Nadie se acuerda de eso, ni siquiera los familiares de las 11 víctimas. Al árbol caído nadie se arrima. Al que cae en desgracia pierde hasta los amigos.

3
Eso sí, menos yo. Sigo siendo tu amigo, a pesar de todo. Por otro lado, la gente te reprocha que aquel penoso día en que convocaras a una marcha al CNE, para reclamar tu victoria ante un desconocido llamado Nicolás Maduro, en las elecciones presidenciales del 14 de abril, te rajaras. Qué curioso, ese mismo personaje que te gano con 1.5 millones de votos, en ese momento, en su condición de Presidente de todos los venezolanos, te paró en seco. “Esa marcha, convocada para ir al CNE, no va. No va esa marcha, donde se busca unos muertos al mismísimo estilo del 2002”. ¡Bravo, el señor! Así cualquiera es machote. Pero tú, un hombre consciente, reculaste, para evitar males mayores. So pena que te llamaran después cobarde. ¿Cómo se entendió esa actitud entre los opositores envalentonados? Han dicho, a voz populi, que te habían faltado bolas. ¡Qué ingratos! No supieron estar a la altura de tu grandeza. Esa es la pura verdad, amigo.

4
¿Qué te espera, para los días futuros? Según veo en mi bola de cristal, te espera la soledad. Quedarás confinado en tu gobernación, que te ganaste en buena lid, y por la que has echado el bofe. Si no que vengan al estado Miranda para que vean tu obra. Tu gigantesca obra. La que no podrá igualar Elías Jaua, ni que se vista de cura. Igualmente, querido amigo, te ha dejado en la estacada Álvaro Uribe, ¿te acuerdas de él? Y el imperio. Ese imperio imbécil, que no tiene ojos para ver, ni oídos para oír. Las viejas dejaron de cacerolear a Maduro, para cacerolearte a ti, qué bolas tienen esas cacatúas del Este. Igualmente, dicen que tú no eres capaz de diferenciar un círculo de un cuadrado, o que no percibes la diferencia entre una pesadilla y la realidad. ¿No sé por qué dicen esas vainas? En fin, hermano, tú tranquilo. Aguanta ese chaparrón. Llueve, pero escampa, como decía aquel personaje de la IV. Los grandes líderes son así. Son odiados y queridos, a la vez. Eso pasará, chamo. Tómate una taza de chocolate nuevo, y lee esta comunicación de un amigo que está contigo en las buenas y en las malas. OK, chao. ¡Volveré!