En reciente entrega dijimos: “El trabajo a destajo, o con pago según la producción creada por el trabajador, ha sido una práctica salarial falaciosa”. Ahora, precisemos: el t. a destajo representa el salario pagado por cada unidad de mercancía o partes de ella producidas y que se asimila al capital unitario variable que también crea una plusvalía unitaria.
Con este método, el capitalista y sus asesores buscan hacerle ver al trabajador que la empresa le paga según su producción, y que lógicamente mal puede reconocérsele tiempos de ocio, pausas laborales alargadas, pero, sobre todo busca combatir o frenar el desánimo natural que caracteriza a todo trabajador reducido a las condiciones más miserables de trabajo.
Las empresas que ofrecen seguridad, aseo, comedor y hasta ciertas “consideraciones” humanas a sus trabajadores no lo hacen por voluntad propia, sino que representan reivindicaciones que han costado sudor, lágrimas y sangre. A lo largo de la carrera burguesa por la ganancia máxima y la reducción del trabajador a las pésimas condiciones laborales que siempre han practicado, los proletarios no terminan trabajando con entusiasmo, y este aparece cuando el trabajador ve que mientras más se esfuerce trabajando más cobraría.
Algunos economistas vulgares consideraron que la ganancia o plusvalía le quedaba al empresario, en todo caso, al final de la jornada[1]. Marx dio cuenta de ese desaguisado y explicó que la explotación salarial ocurre durante cada fracción de la jornada, por largo o corto que sea el tiempo de la jornada. Nos dice que el contrato laboral supone uso de la fuerza de trabajo durante determinado tiempo diario. De este tiempo, una parte resulta necesaria para crear un valor suficiente para reponer el valor del salario convenido-la paga convenida por la jornada o por unidad del producto o de alguna de sus partes-. Durante el resto de la jornada el asalariado crea un valor excedentario que representa la plusvalía. Este tiempo, en el caso del trabajo a destajo, se halla fraccionado durante los días laborales en porciones de tiempo dedicados a la producción de la unidad de mercancía del caso, o de una de sus partes, según el contrato. En consecuencia, en cada una de estas fracciones temporales, una porción sirve para crear el valor que repone la paga unitaria, y el resto de dicha fracción sirve para crear una dosis de plusvalía correspondiente y según la tasa de plusvalía que caracteriza la explotación del asalariado en cuestión.
[1] Véase: La última hora de Senior: http://pendientedemigracion.